«Yo he visto cosas que vosotros no creeríais. Atacar naves en llamas más allá de Orión”. El famoso monólogo del replicante Roy Batty en la película Brade Runner es una metáfora perfecta para explicar la anomalía que se vive en el mundo financiero. Los tipos de interés ultrabajos que siguen aplicando los bancos centrales una década después del estallido de la crisis financiera empiezan a dibujar un panorama que hace tan solo unos años creeríamos propio de un guión de ciencia ficción. En este caso, las “cosas que no creeríamos” serían que los bancos nos pidiesen dinero por confiarles nuestra liquidez. De momento es solo una hipótesis, pero el frenazo del Banco Central Europeo (BCE) a la subida de los tipos de interés, contraviniendo su hoja de ruta inicial, alimenta un peliagudo debate en el sector. El primero en ponerle el cascabel al gato ha sido el departamento de análisis de Bankinter, aunque sus expertos reconocieron la “complejidad comercial” de cobrar por los depósitos.

El sector se plantea cobrar a las empresas, pero asegura que no lo hará a las familias

Históricamente anómala, ilógica, insostenible en el tiempo, distorsionada, ineficaz, irregular… Son éstas algunas de las formas con las que se describe la situación actual de tipos de interés negativos. La banca paga desde mediados de 2014 una tasa del -0,4% por depositar sus excesos de liquidez en el Banco Central Europeo (BCE), lo que supone, según las estimaciones de Bankinter, un coste global para las entidades financieras de la eurozona cercano a los 7.500 millones de euros anuales. El presidente del BCE, Mario Draghi, anunció hace algunos días que se planteaba entre otras cosas, para tratar de reactivar la economía europea, bajar aún más los tipos de interés. El razonamiento del organismo monetario es simple: si a los bancos les cuesta más tener el dinero “quieto”, más dispuestos estarán a conceder préstamos a empresas y particulares; en definitiva, de financiar a la economía real. Tras estas declaraciones. Tras las palabras de Draghi los expertos trataron de anticipar hasta donde podría llevar el BCE su recargo a las entidades. Una encuesta de Bloomberg situaba esta penalización en el -0,6% el próximo mes de diciembre. Con este panorama todas las opciones quedan abiertas. ¿Qué harán los bancos? ¿Repercutirán a sus clientes estos gastos? ¿Les cobrarán por tener dinero en sus cuentas?

Reconocimiento

Entidades como Banco Santander, BBVA, La Caixa han reconocido que, efectivamente, ya están cobrando a sus clientes institucionales (fondos de pensiones, grandes corporaciones…) por sus excesos de liquidez (picos de tesorería) una tasa que varía en función de los plazos y de su vinculación con ellos. Sin embargo, se han apresurado a desmentir que ni tienen establecido ni van a aplicar tipos de interés negativos en los depósitos de particulares y empresas. Una política similar a la de Bankia. En una intervención pública esta semana el presidente de esta entidad, José Ignacio Goirigolzarri, no descartó cobrar a las empresas por sus depósitos. “Ya está pasando”, dijo en referencia a los clientes institucionales. Pero, como sus colegas, puso la frontera a esta política en las familias. “Mientras siga existiendo el dinero en efectivo, los clientes siempre tendrán la alternativa de llevarse el dinero a una caja de seguridad”, dijo Goirigolzarri.

Un mensaje tranquilizador que, como reconocieron desde el área de estudios de Bankinter, habrá que ver si es sostenible en el tiempo si la situación de los tipos actual se alarga. “Esto está llevando a que en determinados países europeos, los bancos estén desde hace tiempo cobrando a las empresas por los depósitos y que en algún país, en determinados casos, esa dinámica se haya hecho también extensible a los particulares”. Dar ese paso en España sería una auténtica revolución y, volviendo al símil de Blade Runner, supondría atacar naves más allá de Orión. “Es algo muy complicado de aplicar aquí, puesto que el cliente no lo entendería ni lo aceptaría y tendría un coste reputacional importante para las entidades, si bien no es descartable que en algún momento, si la situación de los tipos se mantiene como hasta ahora, esto pueda llegar a ocurrir. La lógica de los acontecimientos podría llevar a ello”, dijeron los expertos de Bankinter durante la presentación de su último Informe de Estrategia y Perspectivas de inversión.

El cliente ya tiene que pagar por la liquidez, aunque sea de forma indirecta

La Asociación Española de Banca, a través de su portavoz, José Luis Martínez, insisten en un mensaje tranquilizador para los clientes: “con la información de que disponemos, los bancos no prevén cobrar por los depósitos, especialmente de los hogares”.

Al margen de que los bancos empiecen a cobrar de forma explícita por que los clientes les dejen su dinero, los expertos recuerda que, de forma indirecta, ya están cobrando. Unai Ansejo, consejero delegado de Indexa Capital, subraya que hay que ser realista y asumir que “el dinero ocioso o muy conservador siempre cuesta dinero”. Para Ansejo, los bancos ya cobran por la liquidez de las cuentas, aunque no de forma explícita. Lo hacen modificando las condiciones de sus cuentas corrientes (a menos rentables) o cobrando comisiones de mantenimiento, gestión, transferencias… que, en bastantes casos, han ido subiendo en los últimos tiempos y, en más de uno pueden ser superiores al 0,4%. Además, desde hace ya varios años, explica, las entidades han aconsejado a sus clientes mover sus saldos de cuentas corrientes o depósitos hacia otros productos de inversión, habitualmente fondos o planes de pensiones, en muchos casos, de perfil muy conservador. “Todos ellos incorporan comisiones de gestión y depósito más o menos elevadas pero, sin duda, en muchos casos, superiores a ese ahora famoso 0,4% que no compensan ni su baja rentabilidad ni, por supuesto, el efecto de pérdida de valor del dinero vía inflación”. A su juicio, quien quiera rentabilizar su dinero tendrá que asumir riesgos y pagar por una buena gestión del mismo. “No se trata en absoluto de ir a los fondos de inversión más caros; sí a los más rentables de forma sostenida en el tiempo y con menores comisiones”.

Si a usted le tocara un premio gordo en alguna lotería, la posibilidad de que el banco lo aceptara y le pagara por ese dinero a través de un depósito es, a juicio demuchos expertos, casi una quimera. “El inversor conservador tiene que tener en cuenta que la obtención de rendimientos sin riesgo, sencillamente no existe” aseguran desde Bankinter. Cualquier intento de rentabilizar una inversión pasa por asumir algún tipo de riesgo y esto puede hacerse —explican— de varias formas: bonos corporativos, bonos financieros de bancos, bonos subordinados, fondos de inversión de renta fija flexible, fondos de inversión con mayor o menor exposición a renta variable y diferenciados por sector económicos o ámbitos geográficos

Fuente: El País