Más de 40.000 quejas. Hasta 1,9 millones de usuarios sin poder acceder a sus cuentas por Internet. Diez días después, los problemas mejoran, pero persisten tras la migración tecnológica desde el Lloyds al TSB, la filial del Sabadell en el Reino Unido. El consejero delegado de TSB, Paul Pester, asumió en el Parlamento británico “la absoluta responsabilidad” y su renuncia al bonus de dos millones de libras (2,3 millones de euros). En medios financieros se baraja su posible salida, aunque será decisión del consejo de TSB.

Lloyds se fusionó con TSB en 1995 y creó el mayor banco del Reino Unido. Tras la quiebra de Lloyds por la crisis financiera, el Gobierno de Londres puso en venta TSB y lo compró Sabadell por 2.350 millones de euros en marzo de 2015. La plataforma tecnológica seguía alojada en Lloyds y hace dos semanas se produjo su migración. El fiasco ha sido de tal magnitud que conectar por teléfono con TSB, que tiene 5,2 millones de clientes, lleva un promedio de media hora.

El consejero delegado, Paul Pester, asumió su responsabilidad y declaró: “Si hay una decisión en mi vida que pudiera cambiar, sería la de proceder con la migración”, lamentó ante los diputados. “Claramente fue una decisión terrible para nuestro banco, para nuestros clientes y para mí personalmente”. Pester compareció durante casi dos horas ante un comité parlamentario junto con Richard Meddings, presidente no ejecutivo del TSB, y Miguel Montes, director de operaciones de Sabadell, para explicar el desastre.

Hasta el fin de semana del 21 y 22 de abril, el TSB continuaba utilizando la plataforma informática de Lloyds. La rentabilidad de la inversión realizada por Sabadell pasaba por implementar en el TSB su propio sistema informático. Montes negó las insinuaciones de algunos diputados de que Sabadell hubiera presionado a TSB para realizar la migración lo antes posible, con el objetivo de ahorrar los cerca de 100 millones de libras anuales (113 millones de euros) que debían pagar a Lloyds por utilizar su software. “Inicialmente, el cambio se iba a realizar en noviembre de 2017, pero se retrasó hasta abril de este año para estar mejor preparados”, explicó el ejecutivo español, que se sienta en el consejo del TSB.

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Decenas de millones para compensar

El banco británico ha prometido que va a destinar decenas de millones de libras a compensar a los clientes afectados, y evitar su fuga a otras entidades, eliminando determinadas comisiones y pagando intereses más elevados. Para diseñar el esquema de compensaciones ha contratado a Deloitte, explicó Meddings, y un despacho de abogados realizará una investigación interna para depurar responsabilidades.

“Lo primero que tenemos que hacer es solucionar el problema”, afirmó Montes. “Lo segundo, conocer cuáles han sido las razones por las que ha ocurrido esto, y entonces compensar de forma adecuada a los clientes por el sufrimiento que les hemos infligido”. Una vez apagado el fuego, llegará la petición de responsabilidades y, según fuentes financieras, muchos apuntan a Pester.

No obstante, tanto Pester como Meddings, afirmaron ayer que no abandonarán el banco tras la crisis, aunque eludieron ofrecer a los diputados una fecha en la que todos los problemas estarán solucionados. Pero Pester aseguró que el 95% de los intentos de registro en las plataformas digitales y aplicaciones para móviles del banco se realizaban ya con éxito.

La actitud de Pester fue tachada de “extraordinariamente autocomplaciente” por la presidenta del comité parlamentario, Nicky Morgan. “Lo que estamos escuchando esta tarde es el más asombroso ejemplo de un consejero delegado que parece reacio a reconocer la escala del problema”, dijo la diputada conservadora. Muchos clientes del banco, aseguró Morgan, se han quejado de que no han podido acceder a sus cuentas en casi dos semanas, ni utilizar sus tarjetas ni retirar dinero de cajeros.

Fuente: El País