Más de 100 años de historia compartida están a punto de romperse. El histórico sindicato de mineros SOMA aprobó el lunes por la noche “iniciar el proceso de desvinculación de la Unión General de Trabajadores (UGT)”. ¿Por qué? Por discrepancias graves por cómo se ha concretado en Asturias la fusión del sindicato minero con la federación de industria (FICA-UGT).

Las discrepancias vienen de largo, por cómo se ha llevado a cabo la unión de federaciones tras el último congreso confederal. El secretario general de SOMA, José Luis Alteri, alude a incumplimientos de acuerdos no firmados antes de ese congreso. Uno de esos puntos no cumplidos llegaría por no respetar la representatividad pactada en la composición de los órganos de Gobierno, el 41,5% para los cargos procedentes de SOMA, “y queda en el 38% y el 36%”, lamenta Alteri.

Pedro Hojas, responsable federal en toda España de FICA, rechaza esta acusación: “Hemos ofrecido una composición del 60/40. Pero según los estatutos el secretario general va a parte, de ahí esos números. Lo que pasa es que hay quien no quiere cumplir con las resoluciones del congreso confederal”.

Alteri también desliza que en la nueva federación de industria de UGT se está laminando a los dirigentes procedentes de la antigua organización química (FITAG), en la que el SOMA estaba integrado hasta ahora. También este argumento encuentra respuesta de Hojas: “Si la composición de los órganos es 60/40, ¿cómo se puede decir ellos?. Por qué no recuerdan que en la actual organización actual asturiana de SOMA-FITAG todos los cargos ejecutivos proceden del soma, solo los sectoriales proceden de su organización”.

A esta situación también se ha llegado después de que la dirección del SOMA haya rechazado la oferta de mediación de la ejecutiva confederal, dirigida por Pepe Álvarez. Este dirigente dio ayer una respuesta muy contundente a la decisión del sindicato minero: “El SOMA no tiene una relación de la UGT de la que tienen el resto de organizaciones. Nace en la UGT, se desarrolla en la UGT. Si el fundador del SOMA, Manuel Llaneza, viera esta situación no daría crédito, porque todo el sindicato ha nacido así. Se podrán ir individualmente los que decidan que se van, pero el SOMA es patrimonio de la UGT”.

Desde ambas partes se ven pocas opciones de que la situación pueda reconducirse. «Yo diría que la 99% no hay marcha atrás», vaticina Alteri. Tampoco Hojas se muestra muy optimista. Con este clima, lo más probable es que en tres meses se rompa la unión a la que se llegó en 1911.

Fuente: El País