El Gobierno quiere que España se convierta en un paraíso para los drones. Y no solo porque haya una industria potente que fabrique estas pequeñas aeronaves sino también a través de una legislación que favorezca su uso en todos los ámbitos, desde la entrega de paquetería, la agricultura, los aerotaxis, la seguridad de edificios o la vigilancia de fronteras.

Este es el objetivo último del Plan Estratégico para el Desarrollo de Drones que ha presentado este lunes el ministro de Fomento, Íñigo de la Serna, que prevé que un crecimiento espectacular para esta industria en los próximos años, de forma que se multiplique por más de diez el número de aparatos que surquen los cielos españoles.

Así, el plan contempla que se pase de los 4.200 vehículos aéreos no tripulados que existen en la actualidad en España a 51.400 en 2035 y 53.500 drones en 2050, lo que generará para entonces 11.000 puestos de trabajo y un impacto económico de 1.220 millones de euros en 2035 y de 1.520 millones para 2050.

El nuevo plan estratégico pretende ser la hoja de ruta para el sector de los drones, en el que España, ha dicho, «ya está en una posición de liderazgo». A corto plazo, el plan regulará los usos de los drones para la agricultura, la filmación topográfica, el medio ambiente, la obra civil y la minería. Más tarde, se ampliará su espectro a las telecomunicaciones, el control de fronteras, las emergencias o a las ciudades inteligentes.

De loa Serna prevé que en 2030 la integración de los drones en el espacio aéreo será completa, lo que facilitará la actividad de carga de largo alcance, el transporte de viajeros, la aparición de aerotaxis y la pequeña paquetería.

Nueva legislación

El plan estratégico 2018-2021 es la herramienta que va a desarrollar la nueva regulación recogida en el real decreto aprobado el pasado mes de diciembre, que amplió el marco adoptado inicialmente en 2014 sobre la actividad de los drones. La nueva norma establece los requisitos para que los operadores de drones puedan desarrollar de forma segura actividades en entornos en los que hasta ahora no era posible hacerlo, como el sobrevuelo en las inmediaciones de edificios, reuniones de personas al aire libre y vuelos nocturnos, aunque para ello es necesario realizar un estudio de seguridad de la operación y tener una autorización previa de Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), entre otros requisitos.

También se permiten operaciones en espacio aéreo controlado, aunque en este caso, se precisan requisitos de formación del personal y de los equipos, así como un estudio aeronáutico de seguridad coordinado con el proveedor de servicios de tránsito aéreo y la previa autorización de AESA.

Existen en el mundo 700 grandes fabricantes de drones, para un mercado copado mayoritariamente por Estados Unidos y China. En Europa, España ocupa el tercer puesto en cuanto a peso específico en el sector, por detrás de Francia y Polonia, con un 16% de la actividad.

Según los últimos datos de AESA, en España hay 3.041 operadores de RPAS (sistema aéreo tripulado de forma remota, por sus siglas en inglés) de menos de 25 kilogramos, 4.375 aeronaves registradas y 3.754 pilotos. El sector de los drones está muy atomizado, con más de 50 empresas, de las que tres de cada cuatro cuentan con menos de 10 empleados.

Fuente: El País