La entrada en recesión técnica de Italia, sumida desde hace meses en la el ruido de la propaganda del gobierno formado por Movimiento 5 Estrellas (M5S) y La Liga, devuelve al país a la realidad. La noticia, en un gesto poco habitual, fue adelantada por el primer ministro, Giuseppe Conte, la noche anterior. La idea era transmitir a toda costa que se trataba de un dato esperado que no altera las previsiones en las que el Ejecutivo ha basado su polémico presupuesto. La caída del 0,2% trimestral -el segundo consecutivo- es la peor desde hace cinco años. Hay que acudir al cuarto trimestre de 2013 para encontrar una igual, pero el Gobierno asegura que no piensa revisar sus previsiones

La fragilidad de Italia quedó de manifiesto en la negociación del presupuesto con la UE, en la que los mercados dispararon la prima de riesgo hasta niveles de 2013 y advirtieron al gobierno de las consecuencias de llevar el déficit más allá de lo que fijaba la UE. Por eso ayer salieron en tromba todos los hombres fuertes del Ejecutivo, empezando por el propio Conte, que atribuyó la caída a la guerra comercial entre China y EEUU. Luego llegó el ministro de Economía, Giovanni Tria, que aseguró que el “esperado” dato “no afecta a la confianza de los inversores”. Y, finalmente, fue el vice primer ministro y ministro de Trabajo, Luigi Di Maio, quien señaló que la culpa de la situación era de los gobiernos anteriores, pese a que su Ejecutivo se formó el pasado mes de junio.

El Gobierno de Conte, tras varias correcciones, fijó su objetivo de crecimiento para 2019 en el 1%. Un dato que podría tambalearse ahora si no hay una fuerte inversión en los próximos meses. De hecho, el Banco Central Italiano y el Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén un aumento del PIB del 0,6% en 2019, mientras que la agencia de calificación financiera Standard & Poor’s apunta a un 0,7% y la consultora Oxford Economics un 0,3%.

La situación sí preocupa a los empresarios, que llevan meses advirtiendo al Gobierno de las consecuencias que tendrían algunas decisiones tomadas. El presidente de la patronal (Confindustria), Vincenzo Boccia, cree que en enero habrá una bajada peor vinculada a la caída que ha experimentado Alemania. “Hay que empezar a hacer las obras públicas previstas, empezando por el TAV (el tren de alta velocidad que debería unir Turín y Lyon)”, señaló en referencia a el polémica rechazo de la infraestructura impuesto por el M5S.

Si las previsiones negativas se confirman en los dos primeros trimestres de 2019, es muy probable que se recurra a una modificación presupuestaria de unos 2.000 millones de euros para evitar un incremento del déficit. De hecho, ya existe una cláusula en el acuerdo alcanzado con la UE que lo permitiría. El problema es que el M5S y la Liga han presentado unas cuentas expansivas que prevén la rebaja de la edad de jubilación y una suerte de renta ciudadana que dispararán para los que se necesitarán, al menos, 10.000 millones de euros.

Fuente: El País