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España, generalmente alineada con las posiciones de la Comisión Europea, discute algunos aspectos del enfoque de Bruselas en migración. Y aprovecha su propuesta para el presupuesto del euro que se está negociando para resaltar los elementos en los que la distancia es mayor. En el ámbito externo, España pide recursos “sustancialmente superiores a los propuestos” para Latinoamérica, así como “que aumente también la financiación atribuida a la región africana, en especial al Magreb y a África occidental”. En el apartado interno, aboga por destinar más fondos a los países que, como España, gestionan una frontera exterior de la UE.

En Latinoamérica y África, los dos vecindarios de mayor interés para España, el documento gubernamental aboga por elevar los niveles de fondos que propuso la Comisión Europea el pasado mes de mayo. Ese será el punto de partida para la discusión presupuestaria que deberán arrancar ahora los Estados miembros. En su propuesta, Bruselas sugería destinar 22.000 millones de euros en el periodo 2021-2027 a la zona que el club comunitario denomina vecindario europeo y en la que se incluye el Magreb. Los esfuerzos son mucho más limitados para la región americana (4.000 millones) porque la UE entiende que la estabilidad de este territorio incide menos en los intereses comunitarios. España trata de moldear ese enfoque.

En la esfera migratoria interna, el texto pide “intensificar sustancialmente el apoyo financiero a los Estados miembros frontera exterior de la UE”. Y desliza una crítica a la propuesta comunitaria de dar más competencias a Frontex, la agencia europea de fronteras, a la que alude de manera velada. España pide una reasignación de los recursos “de forma que las agencias europeas reserven su acción allí donde generen mayor valor añadido […] evitando duplicidades con la acción nacional”. También pone sobre la mesa una mejor dotación de los fondos para la integración de migrantes.

Hasta hace pocos meses, España había elaborado con cuentagotas documentos como el presupuestario, que buscan influir en las legislaciones europeas y que son una práctica habitual en países como Francia y Alemania. El Gobierno de Sánchez considera que ahora hay más margen que nunca para incidir en las políticas comunitarias y ha presentado ya varios non paper, como se les conoce en la jerga comunitaria, sobre los grandes dosieres de la UE.

El texto apremia a los líderes comunitarios a pactar ya las cifras de los presupuestos el próximo otoño. “La negociación del presupuesto se produce en un contexto geopolítico y de desafíos sin precedentes. Los ciudadanos esperan respuestas contundentes y Europa no puede defraudarles”, justifica, como conclusión, el texto del Gobierno.

Fuente: El País