El Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés) quiere que los ejecutivos y los mandatarios que se darán cita la próxima semana en la estación suiza de Davos aprovechen la buena marcha de la economía global para hacer frente a los riesgos que amenazan nuestras sociedades. Es el mensaje principal que contiene el Informe de Riesgos Globales que la organización que preside el exministro de Exteriores de Noruega, Borge Brende, que justifica su relativo pesimismo en «un deterioro del escenario geopolítico».

De hecho, un 93% de los encuestados temen que se agudice el enfrentamiento político y económico que ya se percibe entre las principales potencias y un 80% augura incluso riesgos asociados con un conflicto bélico. «Una amplia recuperación económica nos ofrece una oportunidad que no podemos despilfarrar para abordar las fracturas que hemos permitido que debiliten las instituciones mundiales, nuestras sociedades y el medio ambiente. Debemos tomarnos en serio el riesgo de una ruptura global de los sistemas. Juntos tenemos los recursos y el conocimiento científico y tecnológico para prevenirlo. Por encima de todo, el reto es encontrar la voluntad y el momento para trabajar juntos en un futuro común», subraya el fundador de Davos, Klaus Schwab.

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El informe dedica solo dos pequeñas menciones a España, en relación con la crisis catalana por el desafío independentista, que ni siquiera nombra directamente. «Más en general, cuestiones de cultura e identidad están causando tensión política dentro y entre un número creciente de los países de la UE, incluida Polonia, Hungría y, de diferentes maneras, España. La polarización entre grupos con diferentes herencias culturales o valores parece que puede seguir siendo una fuente del riesgo político en los países occidentales en 2018 y más allá».

Entre las amenazas que oscurecen el futuro más inmediato, los 1.000 expertos consultados por el Foro para elaborar el informe citan en primer lugar, y por segundo año consecutivo, las amenazas medioambientales, relacionadas con fenómenos climáticos extremos y los desastres naturales. No en vano, el calentamiento global ya está provocando un aumento de la intensidad y la frecuencia de los fenómenos climatológicos. Le siguen las amenazas de ciberataques y el robo de datos a través de Internet, un riesgo más que patente en el último ejercicio y que según el informe condicionará el escenario de riesgos durante los próximos 10 años.

«La tensión geopolítica está contribuyendo a un aumento de la escala y la sofisticación de los ciberataques», apunta el presidente de riesgos de Marsh, John Drzik. «La exposición cibernética aumenta como consecuencia de la creciente dependencia tecnológica de las empresas. Aunque mejora la gestión de estos riesgos, las empresas y los gobiernos tienen que aumentar la inversión para mejorar la protección», apunta.

En tercer lugar, los expertos apuntan al aumento de la desigualdad y expresan su temor a que la mejora del entorno económico lleve a la complacencia sobre los persistentes riesgos económicos y financiero y las consecuencias de los avances tecnológicos para el paro estructural y el empleo de baja calidad.

Ahora que Davos se prepara para acoger una de sus ediciones más mediáticas, marcada por la presencia de Donald Trump en el Foro –el primer presidente de EE UU en ejercicio en acudir a la reunión desde Bill Clinton–, los responsables del WEF intentan marcar la agenda de un encuentro que, tras años de protagonismo económico, pasará a estar dominado indiscutiblemente por las relaciones políticas. Brende, incluso, iba más allá ayer al señalar, en una entrevista con Reuters, que dada la presencia la próxima semana en Davos de algunos de los protagonistas de los conflictos abiertos en la actualidad el Foro Económico aspira a impulsar las «conversaciones de paz» durante los días que dura el encuentro, entre el 23 y el 26 de enero.

Fuente: El País