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El experimento realizado con diez monos en un laboratorio de Alburquerque, se ha convertido en menos de tres días en un desastre para la imagen de Volkswagen, le ha costado el cargo a un alto ejecutivo del grupo y, además, no salió como esperaba. El resultado del polémico experimento dejó al desnudo que el modelo Beetle usado en los test y que estaba equipado con un software para reducir las emisiones en pruebas de laboratorio, era más dañino que una vieja camioneta Ford de 20 años de antigüedad.

Una copia del resultado del experimento llevado a cabo el 4 de mayo de 2015 en una dependencia del laboratorio Lovelace de Alburquerque por encargo del Grupo de Investigación Europeo sobre el Medio Ambiente y la Salud en el sector de Transportes (EUGT), y que nunca fue hecho público, llegó a las manos de la redacción del periódico Bild. El resultado de la lectura del resumen que publica el rotativo en su edición del miércoles explica las razones que tuvo el grupo para impedir que el estudio viera la luz publica.

Los monos fueron encerrados en sendos cubículos de cristal y durante cuatro horas tuvieron que inhalar los gases que emitían el Beetle (la nueva versión del popular escarabajo) de Volkswagen y la camioneta Ford. Después de hacer inhalar los gases a los animales, los técnicos revisaron las vías respiratorias de los monos con la ayuda de un endoscopio especial.

Con el software trucado

“El resultado fue escandaloso. Originalmente el estudio debía demostrar que las emisiones del Beetle eran más limpias y menos dañinas que las emitidas por el Ford. Entre otras razones porque el modelo de Volkswagen estaba equipado con un software diseñado para reducir en un 40% las emisiones de dióxido de carbono”, en pruebas de laboratorio, señala el periódico, en referencia al mismo tipo de manipulación en 11 millones de vehículos que desató un escándalo en 2015.

El Bild mostró el resultado del estudio a un medico especializado en higiene medioambiental de la Universidad de Viena. “Los animales que inhalaron las emisiones del nuevo motor diésel (Beetle) mostraron más irritaciones que los que inhalaron emisiones del viejo modelo”, dijo el profesor Hans-Peter Hutter al rotativo alemán. Un resultado que llevó a los directivos de Volkswagen a ocultar el estudio y, posteriormente, disolver el EUGT. Esta fundación, financiada por Volkswagen, BMW y Daimler, también encargó un estudio a la clínica universitaria de Aquisgrán (Alemania) para comprobar el impacto de gases contaminantes de los nuevos motores diésel en un un grupo de 25 personas.

El experimento, aparte de dañar la imagen de Volkswagen, puede generar también consecuencias legales en Estados Unidos para el consorcio que tiene su sede en Wolfsburgo. El abogado estadounidense Michael J. Melkersen, que descubrió el experimento y que representa a unos 300 personas que se han querellado contra Volkswagen, utilizará los resultados del estudio ante el jurado. El juicio tiene lugar el 26 de febrero en Fairfax County, en el estado de Virginia (EE UU).

Fuente: El País