Las buenas relaciones macroprudenciales

M. Á. N.

Pablo Hernández de Cos se siente bien con Nadia Calviño (con la que aparece en la foto junto a Juan Carlos I en la entrega de premios de economía que llevan el nombre de este) como ministra y como presidenta de la nueva Autoridad Macroprudencial de Supervisión Financiera que une al ministerio, la Dirección General de Seguros, la Comisión Nacional del Mercado de Valores y el Banco de España. Esta nueva institución pretende tener un mayor control de los riesgos que puedan afectar a la estabilidad financiera del país y ha concedido instrumentos que antes no tenía para tomar decisiones con autonomía suficiente, ya que la ministra se guarda funciones de observador.

Se han cumplido los primeros seis meses de Pablo Hernández de Cos como gobernador del Banco de España. Un tiempo más que suficiente para poder evaluar su actuación por acción u omisión. Tras la dura crisis que ha atravesado el sector, acrecentada por las conclusiones de la Comisión de Investigación de la crisis financiera del Congreso de los Diputados que culpó al Banco de España (BE) de la debacle del sistema, la obligación de Cos se ha centrado en recuperar la buena imagen que otrora tuvo la institución que seguramente se ha convertido en una obsesión para él y para todo el BE.

Lo suyo ahora es concentrarse en recuperar “la reputación siendo más independientes y rigurosos” tras el varapalo del Congreso. El gobernador ha subrayado que el aumento de las reclamaciones de los clientes (se han multiplicado por seis entre 2014 y 2017) demuestra el deterioro. Se ha impuesto el desafío de “evitar el riesgo de conductas inapropiadas, afrontar el reto de la rentabilidad sin una indebida relajación de los estándares de concesión de crédito y avanzar en el aprovechamiento de las nuevas tecnologías”.

En esa misión, Cos tiene un doble frente: uno interno y otro externo. Ser de la casa, donde su nombramiento fue muy bien recibido, es un arma de doble filo, pero al mismo tiempo motivador, porque conoce el paño y al tiempo va a ser analizado con más rigor. En esa vertiente interna, su ejecución ha tenido esta semana una plasmación evidente con la reordenación de la Dirección General de Supervisión, cuyo objetivo principal es afinar la vigilancia de entidades menos significativas que no están bajo la lupa del Mecanismo Único de Supervisión (MUS) y realizar las funciones horizontales de coordinación con este organismo y el resto del banco, así como el resto de supervisores nacionales y extranjeros.

A su frente, Cos nombró a Mercedes Olano, cuya primera misión se ha centrado en recuperar las buenas relaciones con el cuerpo de inspectores, en los últimos años muy soliviantado y contestatario, con el que se reunió a finales de noviembre. Es un grupo con mucho poder, al que tiene que respetar, aunque para algunos se haya quedado un poco anclado en el pasado.

El Servicio de Estudios y la Supervisión son los dos pilares para recuperar la influencia perdida

La citada reorganización se suma a la reestructuración llevada a cabo anteriormente en el Servicio de Estudios (seguramente la principal desde su constitución). De esta forma, Cos, que fue responsable de dicha dirección, cuenta con los pilares para sustentar el pórtico que le permita recuperar la influencia perdida durante la crisis en el entorno del BCE y que es una de las premisas del gobernador, un convencido de la importancia que tiene estar bien colocado en Francfort. Además, se trata de coordinar la vertiente macro con la micro, que forman el canal para asegurar la estabilidad financiera.

Fuera, la gente del sector bancario recogió con ganas su nombramiento, entre otras cosas porque era un hombre del banco, con experiencia interna y visión internacional por sus años en el Banco Central Europeo (BCE), lo que hace que se sienta muy cómodo en Europa, donde viaja al menos dos veces al mes. Su objetivo es ofrecer una imagen de renovación. En ese sentido, ha dado la cara en muchos frentes y se ha prodigado en actos públicos, en aras de mejorar la comunicación del BE. Todo por la causa.

Quizá el más significativo fue su obligado paso por el Congreso de los Diputados para explicar el informe anual del Banco de España el pasado noviembre. Consciente de que no deja de ser visto como un tecnócrata, aplicó un estilo directo, sin circunloquios, siendo enfático en la crisis bancaria, con una pedagogía expositiva que fue muy apreciada por los diputados (y en el BE), poco acostumbrados (unos y otros) a que se expliquen aspectos técnicos con tanta claridad.

Su parlamento bascula sobre los bancos, pero también ha reverdecido viejas polémicas macro

En pocas palabras, Cos dejó la impresión de que el gobernador no tiene por qué ser un orador intencionadamente abstruso y recoveco que se calla muchas cosas. Además, suele contestar a lo que le preguntan sin irse por las ramas y está abierto a hablar sin tapujos. Pertenece a una nueva generación bien preparada y más cosmopolita que las anteriores, que está mucho más familiarizada con la digitalización y que no responde a determinismos políticos.

Su parlamento ha basculado prioritariamente sobre los bancos, aunque también está mandatado a hablar de cuestiones macro, lo que ha supuesto reverdecer viejas polémicas que no ha podido eludir. Tales como el impacto de subir las pensiones conforme al IPC; la subida del SMI que a su juicio puede tener un efecto contrario al que se pretende de reducir el paro y su posición en contra de revertir la reforma laboral que persigue el Ejecutivo. Ha apuntado la dualidad como uno de los retos de futuro, además de los parados de larga duración y los estructurales, el bajo crecimiento de la productividad y el incremento del endeudamiento.

Luis de Guindos ya está en la galería de Economía

El discurso del gobernador

M. Á. N.

Luis de Guindos ya tiene su retrato colgado en los pasillos de la zona noble del Ministerio de Economía, que ha dirgido entre diciembre de 2011 a marzo de 2018 con el Gobierno de Rajoy. En un acto íntimo, al que no fue invitada la prensa y al que acudió la familia del actual vicepresidente del BCE y algunos invitados escogidos, la ministra, Nadia Calviño, y Guindos se repartieron elogios y buenos augurios al tiempo que recordaban los tiempos en los que trabajaron juntos (Calviño fue subdirectora general de Economía cuando Guindos era secretario de Estado de Economía) y los que compartieron en Bruselas en la última etapa, con Calviño como funcionaria comunitaria y Guindos como ministro. El cuadro es obra de Fernando García, arquitecto zaragozano además de pintor y retratista muy valorado por el exministro por su calidad y precio.

Fuente: El País