El diésel ha pasado en solo dos años de liderar las ventas de coches en España, a tener menos de la mitad de las matriculaciones que, a día de hoy, se anotan los vehículos de gasolina. En los primeros siete meses de este año, los automóviles diésel redujeron hasta el 27,5% su cuota en el mercado de vehículos nuevos, según datos de Anfac, la Asociación Nacional de Fabricantes de Coches y Camiones.

En ese mismo periodo de 2017, este carburante tenía un 49,5% de cuota, 22 puntos más que ahora. Si bien la debacle del gasóleo comenzó antes, la caída en apenas dos años ha sido en picado. En los últimos 12 meses, el desplome fue de 9,3 puntos, a pesar del cambio de discurso del Gobierno y de la insistencia de la industria en que esta es una tecnología eficiente.

Ese espacio ha sido ocupado por los coches de gasolina que, en un periodo de dos años, han ganado una cuota de 15,8 puntos. El resto se lo han llevado los vehículos eléctricos, híbridos, híbridos enchufables y a gas, que hasta julio supusieron el 10,8% de las comercializaciones. De este grupo, los que menos terreno están ganando de momento son los eléctricos, que en los primeros siete meses de este ejercicio han supuesto apenas un 0,7% de las ventas, con 6.198 unidades.

En lo que va de año se matricularon 222.500 turismos diésel, lo que supone un desplome del 30,2% respecto a los primeros siete meses de 2018. En el segmento SUV, que aglutina casi la mitad de las ventas del mercado de coches nuevos, las matriculaciones de automóviles que funcionan con gasóleo cayó en más de 35.000 unidades, lo que supone una disminución del 23%. Esta circunstancia ha provocado que los coches de gasolina ganasen cuota en este segmento, aumentando sus ventas más de un 25% en los SUV.

Un contexto complicado

Los fabricantes achacan esta caída en las ventas de los diésel a la desconfianza que se ha generado en el consumidor sobre la eficiencia de esta tecnología y sobre si en un futuro se dejará acceder o no con estos coches al centro de las ciudades. Desde las marcas aseguran que el diésel es un carburante menos contaminante que la gasolina (emite menos CO2, pero echa más dióxido de nitrógeno a la atmósfera).

“Es mejor que los clientes se compren un coche nuevo, a que sigan con el antiguo desde el punto de vista de la mejora medioambiental”, aseguró Reyes Maroto, la ministra de Industria, Comercio y Turismo, tras conocer los datos de matriculaciones de julio, cuando retrocedieron un 11,1%, siendo así la primera vez desde 2012 que las ventas caen en el séptimo mes del año. Estas declaraciones de Maroto supusieron un cambio de 180º del discurso del Gobierno respecto al año pasado, cuando la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, aseguró que “el diésel tiene los días contados (…) su impacto en la calidad del aire es lo suficientemente importante como para ir pensando en un proceso de salida”.

Los fabricantes salieron entonces en tropel a criticar estas palabras de Ribera y desde Anfac señalaron que el “veto” del Gobierno iba a dañar el empleo en el sector. “Es temerario que la ministra Ribera haga estas declaraciones porque es evidente que no está teniendo en cuenta que con las tecnologías de hoy día, el diésel expulsa menos gases de efecto invernadero”, aseguró el entonces presidente de Ganvam, la asociación de vendedores de vehículos, Lorenzo Vidal de la Peña.

Este entorno hostil en contra del diésel, aseguran en el sector, es el responsable de la caída de las ventas en el mercado, que en lo que va de año es del 6,5% respecto a los siete primeros meses de 2018. Este retroceso, calculan en Anfac, se aminorará y esperan cerrar el ejercicio con una disminución en las matriculaciones de solo el 3%.

Sin embargo, en agosto, es previsible que la reducción en las ventas sea pronunciada, ya que en el mismo mes del año pasado el mercado vivió un aumento artificial de las matriculaciones del 48,7%, debido a que en septiembre iba a entrar en vigor la normativa de emisiones WLTP. Esto provocó que los concesionarios realizasen automatriculaciones y lanzasen agresivas ofertas para colocar en el mercado los coches homologados con la anterior normativa.

En Europa también cae, pero no tanto

Según datos de Acea, la asociación europea de fabricantes de coches, las matriculaciones de vehículos diésel en la Unión Europea se contrajeron un 17,9% en el primer trimestre del año. Esa reducción en el caso de España fue del 31%, lo que le coloca a al cabeza en el desplome de las ventas de esta tecnología en el continente, solo superada por Países Bajos, donde las matriculaciones de automóviles de gasóleo se derrumbó un 49,2% en los primeros tres meses del año.

Fuente: Cinco Días