Ryanair no pasa por su mejor momento. Al cierre de varias bases aéreas, anunciada dos semanas atrás, se suman los resultados trimestrales de la aerolínea, que no pintan el mejor panorama. La compañía irlandesa obtuvo un beneficio de 243 millones de euros entre abril y junio —su primer trimestre fiscal—, lo que supone un 21% menos de lo que ingresó en el mismo periodo de 2018. Michael O’Leary, el consejero delegado de la compañía, ha explicado este lunes que el descenso se debe a «las bajas tarifas, el precio elevado del petróleo y los costes de personal». 

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Según detalla el comunicado de la aerolínea, el descenso del 6% en la tarifa media, hasta los 36 euros, estimuló un tráfico de 41,9 millones de pasajeros. Esto supone un 11% de incremento de viajeros y una facturación de 2.310 millones de euros, un 11% más. Los costes, sin embargo, también aumentaron hasta un 19% durante este periodo, principalmente por el gasto en petróleo que subió un 24% hasta los 150 millones de euros. Además, los gastos por personal aumentaron un 21%.

Ryanair ha señalado a Alemania y Reino Unido como los mercados que más descendieron este año. En el primer caso, la aerolínea de bajo coste apuntó a Lufthansa por haber comprado Air Berlin y «vender su excesiva capacidad a precios por debajo de los costes», mientras que el Brexit fue decisivo para los pasajeros ingleses ya que, según dice la compañía, «afecta negativamente en la confianza del consumidor y sus gastos».

Al igual que hizo durante el anuncio del cierre de bases aéreas, la compañía insiste en el retraso en la entrega de los aviones 737 MAX por parte de Boeing. «La entrega de nuestros primeros cinco aviones B737-MAX, previstos para este trimestre, se retrasó hasta enero como muy pronto. Esperamos recibir solo 30 de las 58 aeronaves pedidas para verano de 2020, por lo que la tasa de crecimiento se reducirá del 7% al 3% durante ese periodo», ha afirmado el consejero delegado.

O’Leary mostró su confianza en que estos aviones -que cuentan con un 4% más de asientos, consumen un 16% menos de combustible y tienen un 40% menos de emisiones de ruido- puedan mejorar sustancialmente su negocio. «Pero debido a estos retrasos en la entrega, no podremos ver estos ahorros hasta 2021», añade el responsable de la aerolínea. 

La compañía prevé obtener un beneficio de entre 750 y 950 millones de euros este año, al aumentar el número de pasajeros hasta los 152 millones, un 7% más que en el ejercicio anterior, pero un millón menos de la previsión anterior. Al mismo tiempo, se calcula que el gasto en petróleo aumente en 450 millones de euros, aunque esperan que los gastos restantes se limiten a un 2% más. Estos resultados, sin embargo, dependen de «las tarifas del segundo trimestre, los precios en la segunda mitad del año, la ausencia de eventos de seguridad y un desarrollo positivo del Brexit», advierte la aerolínea. 

Fuente: El País