Son las siete y media de la mañana y Victoria, una azafata que trabaja en el Salón Internacional del Automóvil de Ginebra, ya está encima de unos finos y largos tacones de aguja. Su función será la de permanecer así hasta que cierre el salón, de pie y enfundada en un corto vestido negro con transparencias y posando al lado de las llantas que presenta un fabricante. Ni explicará el producto ni resolverá dudas, porque su función es ser una azafata florero, una figura que la industria del automóvil ha usado durante muchos años para vender coches. Sin embargo, en el salón de Ginebra -que empieza oficialmente este jueves (día en el que está convocada una huelga feminista en todo el mundo)-, la mayoría de marcas ha decidido no contratar este año a este tipo de personal. Algunos fabricantes, no obstante, persisten en esta práctica, ajenos al movimiento #MeToo y a los tiempos cambiantes.
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Victoria no quiere entrar a valorar la utilidad de su función y se limita a sonreír de forma incómoda. Como ella, algunas de las azafatas del salón de Ginebra posan con las manos encima de los coches y se dejan fotografiar por los periodistas. Son las llamadas booth babes.
El año pasado, una de las chicas de la marca Dodge & RAM ganó el concurso de belleza que organiza una revista de automoción alemana. En esta edición, todavía se ven a las azafatas florero no solo junto a los enormes coches de Dodge, también en los puestos de fabricantes como Alfa Romeo, Mansory o Pirelli. Así, uno de los principales proveedores de la Fórmula 1 mantiene a las azafatas en los salones de coches, mientras que la organización de la competición ya anunció que no contrataría a las chicas que posan en la salida y la llegada de los circuitos.
Mientras que algunos fabricantes se muestran ajenos a las críticas, otros sí han tomado nota del movimiento #MeToo en contra del acoso sexual, y de la movilización que ha generado, hasta el punto de culminar en una convocatoria de huelga feminista este jueves, precisamente el día que empieza el salón.
Marcas como Nissan, Lexus, Toyota o Ssangyong ya anunciaron antes del salón que este año vestirían a chicos y chicas de forma parecida, y que su función sería la de explicar y vender el producto. «Los tiempos han cambiado, tiene más sentido usar especialistas de producto, ya que estamos vendiendo coches», dijo a la agencia Bloomberg una representante de Nissan.
De igual manera piensan en Seat, donde las chicas que presentan y explican los productos van vestidas con pantalones cómodos, zapatillas y una chaqueta deportiva, en la línea de su nueva marca Cupra. El objetivo, explican en la firma española, es llegar al cliente con el coche como protagonista. También en Fiat, una marca que siempre había usado la figura de la azafata florero, este año las trabajadoras visten pantalón y camiseta: antes del salón la firma italiana anunció su intención de conseguir la paridad entre los trabajadores que explican los detalles de los coches que venden.
En Jeep, Volkswagen o hasta en Rolls Royce, los hombres y las mujeres también visten de uniforme y atienden a los clientes. Los expositores, según la organización del salón, son libres de decidir cómo presentan sus productos, pero por primera vez parece que en Ginebra la apuesta por las azafatas florero pierde terreno.
Fuente: El País