La Operación Mahou-Calderón comienza a despejarse con un elevado interés y retorno para los dos dueños actuales de esos terrenos, el Atlético de Madrid y Mahou, en el entorno del antiguo campo colchonero y de la vieja fábrica de la cervecera. Cuatro cooperativas de vivienda han mostrado interés por la primera de las parcelas propiedad de Mahou, a la vez que una alianza entre la gestora de fondos Azora y la promotora Gestilar se han hecho con dos de los suelos del club controlado por la familia Gil.

Una alianza entre Core Gestión y Arjusa, empresas gestoras de cooperativas de viviendas, han mostrado interés por hacerse con la parcela llamada RC5, puesta a la venta por Mahou, una operación que adelantó CincoDías en mayo. El Atlético de Madrid y el grupo de bebidas se reparten al 50% los terrenos de esta operación urbanística. Cada uno de ellos cuenta con alrededor de 63.000 metros cuadrados, repartidos en tres solares cada uno.

Core y Arjusa ya comercializan la promoción de 180 viviendas en cooperativa para esa parcela de Mahou, llamada Madrid Río Living, según se puede comprobar en sus respectivas webs. Este tipo de empresas buscan con tiempo cooperativistas para poder hacer frente a la compra y desarrollo de la obra. A este interés se habría sumado otra gestora llamada Serprocol, según fuentes empresariales, que también anuncia en su web una promoción en la Operación Mahou-Calderón.

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Mientras, otra gestora de cooperativas, Ibosa, ha lanzado también comercialmente una promoción de 196 casas, en este caso para la parcela RC1, para estar preparada cuando Mahou ponga a la venta esos terrenos. Estas gestoras tienen capacidad de hacer mejores ofertas por el suelo ya que sus márgenes son mucho menores que los de las promotoras tradicionales.

En el caso del Atlético ya ha cerrado la transacción de dos parcelas, vendidas a Azora. Inicialmente se publicó que el interés de esta gestora de fondos era levantar 350 viviendas en alquiler, pero finalmente se ha asociado con Gestilar, encargada de gestionar la obra de casas que saldrán a la venta. Ambos socios han pagado 110 millones de euros por esos terrenos.

La última parcela propiedad del Atlético todavía no tiene comprador, pero por ella pujan la socimi Vivenio (que es la favorita y tiene detrás al fondo de pensiones holandés APG y a Renta Corporación), una alianza entre Stoneweg y Hines y, por último, la gestora de cooperativas Concovi. En el caso de cerrar el acuerdo, Vivenio construiría viviendas destinadas al arrendamiento. Ese es el mayor terreno, por el que el club se embolsará 88 millones.

Sumando ambas parcelas, el Atlético ingresará 198 millones, más los costes de la urbanización y del derribo del Calderón, que trasladarán posteriormente a los compradores del suelo. En total, la factura superará los 200 millones, la cifra que el equipo de fútbol se había marcado en un principio y que servirá para pagar la deuda que contrajo con Carlos Slim, por 200 millones, en la construcción del estadio Wanda Metropolitano.

El Atlético ha conseguido un precio de repercusión de 3.100 euros por metro cuadrado de los terrenos, lo que supone una cifra récord en esa zona de Madrid donde el suelo es escaso.

El Atlético comenzó a sondear el mercado en 2017, asesorada por la consultora CBRE, pero hasta que no se ha despejado la tramitación de ese ámbito urbano no se ha acercado el cierre de la transacción.

El primero de los terrenos

Mahou ha esperado a que este ámbito tuviera despejado los últimos trámites urbanísticos para acudir al mercado en búsqueda de compradores para el primero de sus suelos. La junta de Gobierno del Ayuntamiento de Madrid aprobó en abril la reparcelación de ese desarrollo, tras haber alcanzado a finales de año un acuerdo definitivo con los dos propietarios con un cronograma de las obras, que ya han comenzado con la demolición del estadio y que, en la parte residencial ya podría empezar a partir de 2020. En el caso de Mahou, asesorada por Colliers, aprovecha el precio creciente de los precios de la vivienda nueva en esa zona para comercializar sin prisas. En esos solares se ubicaba la antigua fábrica, ya demolida, de la cervecera.

Fuente: El País