Dia ha salvado su primer match ball ante los acreedores. La banca —a expensas de que el comité de crédito de una entidad dé el visto bueno— ha accedido a que la cadena de supermercados a refinanciar 200 millones de la deuda de la cadena de supermercados hasta el 31 de mayo de 2019, tal como adelantó CincoDías. Ha acordado además la suspensión de sus covenants, los compromisos financieros con la banca, que habían saltado por los aires tras la reformulación de sus cuentas este otoño. Espera materializar el pacto la próxima semana.

La compañía ha desvelado que espera entrar en patrimonio neto negativo en las cuentas de 2018, de acuerdo al test de deterioro de sus activos no corrientes que encargó en octubre. La compañía contaba a 30 de junio con 176 millones en patrimonio neto. Dia ha calculado un deterioro de 110 millones (47 millones en sus 552 millones con los que a 30 de septiembre contaba como fondo de comercio y 63 sobre sus 1.370 millones en inmovilizado material). A ellos también se suman otros 180 millones por créditos fiscales cuyo plazo de recuperación ha excedido a los 10 años. Por tanto, la compañía se queda con un patrimonio neto negativo de en torno a 114 millones.

Ha anunciado que deberá provisionar por ello 76 millones sobre las cuentas de este año.  Fuera de este cálculo quedan las cadenas de perfumería Clarel, donde los ingresos obtenidos por la venta le llevan a calcular un deterioro de 34 millones en el fondo de comercio. 

El objetivo de Dia pasa por recuperar la situación de equilibrio patrimonial con la ampliación de capital de 600 millones, que debe aprobar la Junta de Accionistas. La compañía ya anunció la semana pasada que había firmado un contrato de preaseguramiento con Morgan Stanley para realizarla antes de primavera.

Este ha sido el plan principal de la banca acreedora, pese a contar con el rechazo del primer accionista, el magnate ruso Mijáil Fridman, que prepara una opa para marzo a precios de mercado. La restauración de las líneas de crédito por la banca es temporal y supeditada a este incremento de capital. Se mantiene el plan  de poner en venta su cash&carry, Max Descuento, y Clarel, además de un plan de reestructuración de sus tiendas.

Santander, BBVA, Sabadell, Deutsche Bank y CaixaBank son las entidades financieras que proporcionaban el crédito a proveedores a la cadena de supermercados. Además, el banco presidido por Ana Botín, BBVA, Barclays y Société Générale conforman el núcleo duro de acreedores a largo plazo, que habían firmado préstamos por valor de 900 millones. Entre ambas partes se encuentra un grupo nutrido de inversores. Dia ha contratado a PwC y Rothschild, mientras que la banca está representada por FTI Consulting y Houlihan Lokey. Los asuntos legales están en manos de Clifford Chance y Linklaters.

Paralelamente, Antonio Coto, tras cuatro meses en el cargo ha sido cesado como consejero delegado por pérdida de confianza, y será sustituido por Borja de la Cierva, procedente de El Corte Inglés. El expresidente de Aena, Jaime García Legaz, ocupará uno de los asientos en el consejo que dejaron vacantes los representantes de Letterone, el brazo inversor de Fridman. Miguel Ángel Iglesias Peinado suplirá al otro consejero nombrado por el ruso, que dimitieron el 18 de diciembre. La anterior presidenta, Ana María Llopis, ha hecho efectiva su dimisión también como consejero.

Quedan al margen del proceso los 900 millones en bonos con los que cuenta la compañía. Son de especial relevancia los 300 millones que vencen en julio y este será uno de los compromisos que pretende asumir la ampliación de capital. Otra cantidad análoga vence en 2021 y otros 300 millones más, en 2023.

Con respecto a las cuentas de 2017, que ya reformuló este año, Dia afirma que no ha apreciado ajustes significativos por sus filiales de Argentina y Portugal. Sin embargo, sí calcula un impacto de 1,6 millones en su resultados y los 9,7 millones contra reservas. Mantiene las perspectivas de cerrar 2018 con un ebitda de entre 350 y 400 millones.

La CNMV suspendió la cotización esta misma mañana a la espera de que la firma divulgase esta información. La ha restaurado a las 14.30 y los títulos se han disparado un 15% hasta los 0,49 euros por acción. Han cerrado con un alza del 7,75% hasta los 0,47 euros por acción. Ayer vivieron su mejor sesión en Bolsa desde la colocación de Carrefour en 2011 con un alza del 22,22%. El mercado ya cotizaba una fumata blanca en la deuda.

Fuente: Cinco Días