El presidente ejecutivo de Deutsche Telekom, Tim Hoettges, se mostró este lunes confiado de que la fusión entre T-Mobile US y Sprint salga adelante, tras sortear el escrutinio regulatorio al que se prevé se someterá la operación. “He estado trabajando en este acuerdo durante 7 años”, dijo Hoettges a los analistas. “Nunca hemos sido tan optimistas como lo somos ahora”, añadió.

Las palabras de Hoottges llegan tras conocerse este domingo que la filial de la Deutsche Telekom había alcanzado un acuerdo para comprar Sprint controlado por la japonesa SoftBank, en un acuerdo valorado en 26.000 millones de dólares (21.500 millones de euros). La fusión dará lugar a una compañía combinada valorada en 146.000 millones de dólares, que generará 74.000 millones en ingresos y tendrá más de 127 millones de clientes, muy cerca de los 150 millones de Verizon y los 141 millones de AT&T. Deutsche Telekom controlará el 42% del capital de la nueva sociedad combinada, mientras Sofbank tendrá el 27%.

La operación provocará sinergias que se estima en 43.000 millones. Pero Hoettges sabe que la fusión no resultará fácil. Las acciones de Deutsche Telekom cayeran un 0,3%, después de que algunos analistas mostraran su escepticismo por los elevados costes de la operación y porque podría no ser aprobado por los reguladores.

Sprint y T-Mobile ya estuvieron cerca de fusionarse en 2014, pero la administración Obama lo impidió por cuestiones de competencia. Y, ahora, bajo el Gobierno de Donald Trump los reguladores también están poniendo trabas a operaciones como la compra de Time Warner por AT&T por 85.000 millones, argumentando que la compra impactará negativamente en los consumidores.

MÁS INFORMACIÓN

Quizás por ello, el CEO de T-Mobile, John Legere, se apresuró a contar en Twitter que la nueva empresa invertirá 40.000 millones de dólares en la construcción de una red móvil 5G en los próximos tres años. “Juntos construiremos la red móvil con mayor capacidad de la historia de los EE UU! Estoy hablando de 30 veces la que tiene hoy T-Mobile!”.

Estas palabras podrían ayudar a allanar los obstáculos regulatorios a la operación, dada la fuerte competencia que mantiene EE UU con China en el desarrollo del 5G (una de las razones que argumentó el equipo de Trump para impedir recientemente la compra de Qualcomm por Broadcom). Las compañías argumentarán, en este sentido, que solo juntas podrán realizar las inversiones necesarias en 5G.

También se espera que ayuden a tirar de la operación la decenas de miles de empleos que planea crear la nueva T-Mobile en las zonas rurales de EE UU, y los precios “más bajos” y las «mayores innovaciones» que prometen para los consumidores.

Pese a las cartas que tratarán de jugar T-Mobile y Sprint para ablandar a la Administración de Trump, muchos analistas creen que ambas compañías deberán de estar preparadas para una batalla regulatoria que puede ser larga. La mayoría de ellos coinciden en que al reducirse el número de operadores, se aliviará la presión a Verizon y AT&T, lo que podría derivar en una menor competencia en precios, lo cual reduciría los beneficios potenciales para el consumidor.

El analista de RBC Capital Markets, Jonathan Atkin, aseguró en una nota este lunes, según recoge Bloomberg, que siguen creyendo que «la probabilidad de una aprobación del acuerdo Sprint/T-Mobile es inferior al 50%, según los criterios que creemos que el Departamento de Justicia de EE UU aplicaría en torno a la estructura de la industria» y la concentración del sector resultante.

Fuente: Cinco Días