«Hay partido. Por ahora lo va perdiendo Dimas; pero puede meter un golazo por la escuadra y darle la vuelta a todo”. Un observador del conflicto de El Corte Inglés (ECI) entre su presidente, Dimas Gimeno Álvarez, y sus primas Marta y Cristina Álvarez Guil vaticina un final ni corto ni pacífico. Así es que, mientras efectivamente las hijas de Isidoro Álvarez tienen la sartén por el mango, su primo se está moviendo como una anguila buscando apoyos. A ello responde el viaje que hizo la semana pasada a Londres para reunirse con el jeque catarí Hamad bin Jassim bin Jaber Al Thani, que en julio tendrá en torno al 12,5% del capital de ECI tras convertir en acciones los 1.000 millones de euros que prestó como crédito más los intereses, y que puede elevarse al 14% si se cumplen objetivos.

Gimeno, quien negoció directamente con el jeque su entrada en los grandes almacenes tras la muerte de su tío, mantiene una cercanía con el catarí. Aunque este ha tratado de mantener una posición neutral, respaldó la decisión que tomó el consejo el pasado octubre de quitarle poderes nombrando a dos consejeros delegados. Gimeno le explicó su punto de vista sobre las cosas que están pasando y el por qué, así como el proyecto que tiene para los grandes almacenes y que se culminaría con la salida a Bolsa de la empresa, una vieja aspiración de Isidoro que era compartida por el inversor catarí y que se diluyó tras la muerte del patrón. El apoyo de Al Thani sería para Gimeno un logro valiosísimo.

Según fuentes consultadas, Gimeno defiende ese proyecto independientemente de que no siga de presidente, aunque no parece dispuesto a que sea sustituido según por quién. Es decir, se resistiría a cederlo a su prima Marta, o al alguien que esta tutele, ya que considera que ésta no respalda la salida a Bolsa, y otras cosas, algo que también ocurre con la Fundación Ramón Areces, principal accionista de ECI con el 37,26%. Las hermanas controlan el 22,18% de IASA, patrimonial en la que Gimeno, su madre y su tío (María Antonia y César Álvarez), tienen el 29%, pero sin poder dividir su voto, por lo que con la fundación tienen la mayoría.

Gimeno también ha estado con representantes del Gobierno, empezando por el presidente, Mariano Rajoy, quien asistió a la presentación de la plataforma europea de comercio online para luchar contra Amazon o Alibaba que apadrina el presidente del ECI. También se ha entrevistado con la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, y, anteriormente, con Luis de Guindos, cuando era ministro de Economía. En el entorno del Ejecutivo reconocen que asisten con mucha preocupación al conflicto y que han intentado mediar para que se alcance un acuerdo.

Gimeno, de momento, se ha quedado solo en el consejo de ECI y la fundación y sus primas le presionan para que dimita. Le han mandado mensajes para alcanzar un pacto, lo que llevaría emparejado una compensación dineraria, lo que no es baladí dada la necesidad de fondos para hacer frente al impuesto de sucesiones que debe pagar a la Comunidad de Madrid por la herencia de su tío. Pero es algo que, de momento, no quiere ni que se lo mencionen, convencido de que él puede mantener el mando y lograr más apoyos de otros accionistas (familia García Miranda y familia Areces).

Entre las presiones figura la petición de los consejeros ejecutivos de la empresa (Víctor del Pozo, Jesús Nuño de la Rosa, Carlos Martínez Echevarría y Florencio Lasaga, este presidente de la Fundación Areces) de que convoque un consejo extraordinario para dilucidar su futuro. De momento, ha sido in voce por parte del secretario del consejo, Antonio Hernández-Gil, por lo que Gimeno está esperando que le llegue por escrito para fijar la fecha de la reunión a la que está obligado al pedirlo más de la tercera parte del consejo. En todo caso, sería en junio, después del consejo ordinario del 30 de mayo.

El enfrentamiento que Gimeno y sus familiares mantienen con sus primas ha llevado a la presentación de cuatro demandas, tres de la madre y una del tío en las que las acusan de haber mermado el patrimonio de la sociedad patrimonial IASA de 140 millones a 50.000 euros y haberse quedado con ello. Por otro lado, su tía les reclama cinco millones por haber modificado de 10 a cinco millones la donación que recogía inicialmente el testamento de Isidoro.

Por otro lado, la empresa está a la espera de los resultados de una auditoría sobre el departamento de seguridad ante las sospechas de que sus responsables hicieron un uso fraudulento del mismo con contratos a empresas en las que participan.

Fuente: El País