El anunciadísimo Black Friday ya está aquí. Disponibles en todos los escaparates (físicos y virtuales) ya se encuentran todos los productos deseados que coparán las listas de los más vendidos, especialmente aquellos relacionados con la tecnología. Los expertos insisten, un año más, en la importancia de comprar con cabeza y huir de la impulsividad. Pero no es la única cuestión a tener en cuenta antes de sacar la tarjeta de crédito: el impacto en el medio ambiente, los fraudes en las ofertas, la repercusión en el pequeño comercio y el riesgo para la ciberseguridad son otros factores a tener en cuenta para comprar con conocimiento de causa.

MÁS INFORMACIÓN

  • Contaminas al comprar

No podemos evitarlo: tenemos que comprar cosas para vivir, pero, a la vez que lo hacemos generamos una huella irremediable en el medio ambiente. Si ya sucede en el día a día, con un volumen de compras normal, imagina cuál es la repercusión de jornadas como el Black Friday en el entorno. Las compras impulsivas, respaldadas por la tentación de los descuentos, se disparan. Sobre todo, aquellas que se hacen por internet, que crecen exponencialmente en esta fecha, y que añaden un eslabón más al trasporte de mercancías hasta la puerta de la casa del comprador. Este año el gasto medio por persona es de 200 euros, lo que, según datos de la empresa social Gratix, equivale a la emisión de 80 kilos de CO2. Por persona.

Este dato es incluso más preocupante si añadimos que el 31% de los españoles compra durante el Black Friday productos que no necesita, según un estudio llevado a cabo por el portal de compraventa Milanuncios. Esta misma fuente señala que, entre los compradores que se arrepienten de sus compras, un 62% lo hace antes de un mes. Contribuimos a la emisión de dióxido de carbono al comprar impulsivamente cosas que ni siquiera necesitamos.

  • Los pequeños comercios van a la zaga

El pequeño comercio es también uno de los perjudicados de estas rebajas: no puede competir con las superofertas que se pueden permitir las grandes superficies al tener un volumen de ventas mucho más alto. De hecho, se estima que el año pasado los comercios minoristas perdieron casi cien mil millones de euros en épocas de rebajas o descuentos especiales, siendo el Black Friday el momento en donde más se perdió, según la consultora Sensormatic.

Entonces, ¿por qué siguen apuntándose a esta tradición? Lo hacen porque no les queda más remedio, esta es al menos la opinición de la Confederación Española de Comercio (CEC). «Los pequeños y medianos comerciantes afrontan por tanto resignados un maratón de descuentos impuesto por internet y otros formatos comerciales, que comienza con el Black Friday y sigue con el Cyber Monday, enlazando con una ya debilitada campaña de Navidad y Reyes y culminando con unas rebajas de invierno ya lejanas a los resultados de hace unos años».

  • Engaño a los clientes con ofertas infladas

Este ya es un clásico que se repite año tras año: en lugar de rebajar el precio auténtico de los productos —por ejemplo, de 200€ a 150€— algunas empresas ponen un precio nuevo más alto como si fuera el anterior: por ejemplo, de 250€ a 200€. Así, el cliente acaba comprando su robot de cocina por el mismo precio que tenía antes creyendo que se ahorra 50 euros. Tanto es así que, según datos de la OCU, en 2018 solo el 37% de los productos analizados estaban más baratos en la semana del Black Friday que el mes anterior. Incluso un 22% habían incrementado su precio.

Los consumidores son cada vez más conscientes —de hecho, en años anteriores se lanzó el movimiento #Blackfraude en redes sociales con el fin de denunciar las ofertas falsas—, pero, a no ser que se realice un seguimiento de precios, es complicado saber cuándo una oferta es buena o es un fraude. En este punto, la tecnología puede echarnos una mano. Un equipo de emprendedores ha desarrollado una herramienta que incorpora inteligencia artificial para identificar si una oferta concreta merece la pena. Se trata de una web en la que el usuario puede consultar el histórico de hasta seis meses de un producto en concreto introduciendo su URL. 

  • Tus dispositivos también están en riesgo

La compra por internet se dispara durante esta jornada de descuentos: es más cómodo pero implica hacer transacciones online. Estos pagos suelen ser seguros pero los ciberdelincuentes aprovechan el Black Friday para intentar sacar provecho. Cuando se acercan las fechas es habitual que envíen correos fraudulentos y utilicen técnicas de phishing para hacerse pasar por un comercio que anuncia sus rebajas. Cuando el usuario accede, creyendo que entra en la página oficial, y facilita sus datos, los ciberdelincuentes se quedan con ellos para su propio uso. A partir de ese momento pueden comprar en su nombre. El riesgo es tanto para los compradores como para los vendedores, que han perdido esa venta y además dejan una sensación de inseguridad en la persona que intentó comprar en su página web. 

Ante el incremento de transacciones y compras online, la empresa Techco Security advierte de la necesidad de extremar las precauciones para evitar ataques cibernéticos. Aconseja mantener los equipos y dispositivos actualizados y con antivirus, tener cuidado con correos que provengan de remitentes desconocidos: pueden llevar a páginas falsas, comprar en páginas de comercio electrónico conocidas y fiables, utilizar una conexión segura y, finalmente, hacer un seguimiento de la cuenta corriente y saldo de la tarjeta utilizada.

Fuente: El País