Sancho Lerena desconfía del ecosistema que se ha creado alrededor de las start-ups. Critica que el emprendedor español no sepa trabajar sin el dinero de los fondos de inversión y las rondas de financiación. Y presume de que desde que montó su empresa con un socio, en 2005, a los 29 años, «siempre nos hemos financiado con proyectos de I+D, el actual de medio millón de euros; préstamos que pagamos religiosamente y que nos hacen tener un histórico de deuda que gusta a los bancos». Ya van por el cuarto.

Lerena es el consejero delegado de Ártica Soluciones Tecnológicas, una empresa que proporciona el control de las infraestructuras informáticas de compañías y administraciones públicas para evitar que se caigan sus sistemas o que, en caso de suceder, se pueda localizar fácilmente el problema y resolverlo rápidamente para no perder ventas o negocio.

Este ingeniero informático montó la empresa que dirige mientras trabajaba como consultor de seguridad de sistemas en BBVA. Allí detectó los problemas habituales de las infraestructuras tecnológicas de las empresas, construidas a partir de los años 70 del pasado siglo y actualizadas a base de capas que necesitan de muchos productos para funcionar y que no siempre son todo lo compatibles que debieran, explica. Así fue como desarrolló el producto estrella de Ártica, denominado Pandora FMS, un software que monitoriza servidores y sistemas para detectar cualquier fallo de seguridad y prevenir los cada día más frecuentes ciberataques.

Lerena asegura que Pandora reemplaza cuatro productos. También que en España no tiene competencia y son actores de la talla de IBM o HP o de la igualmente estadounidense Solarwinds, que ofrecen soluciones similares a las de su empresa. «Nuestra idea fue desarrollar soluciones sencillas e integradas», asegura, de manera que «solo con Pandora cualquier empresa puede controlar toda la tecnología de su negocio, a un precio siete veces menor que HP o IBM», afirma.

Ártica tiene clientes en 44 países y vende a partes iguales en España y en el exterior. En 2018 facturó 1,8 millones de euros, con un Ebitda de 860.000 euros. Este año su previsión apunta a unas ventas de 2,1 millones de euros, aunque la incertidumbre política en España y la situación económica internacional están teniendo impacto en sus resultados, reconoce. Lerena asegura que Ártica ha sido rentable desde su primer año de vida, quizás porque «nunca hemos tenido el espíritu de una start-up«.

La compañía cuenta con unos 200 clientes, entre los que destacan grandes compañías y administraciones públicas. Rakuten, Repsol, Prosegur, CLH, Adif, AOL o la Comunidad de Madrid, el servicio 112, los autobuses de la Empresa Municipal de Transportes (EMT), el cuerpo de bomberos de Bogotá o la Universidad Nazaret de Nueva York son algunos de ellos.

Investigación

Con 41 empleados, la mayoría procedentes de formación profesional, Ártica ha abierto un centro de investigación en Salamanca, desde el que estudia la aplicación de la inteligencia artificial a la monitorización tecnológica en tiempo real. Y acaba de lanzar un nuevo producto llamado eHorus, una herramienta de control remoto de equipos que permite monitorizar desde cualquier lugar miles de dispositivos a través de teléfonos móviles y tabletas.

El consejero delegado de Ártica es consciente de que a veces un solo fallo en un sistema informático puede hundir a una compañía. Por eso asegura que «mientras haya tecnología, nosotros estaremos detrás».

Fuente: El País