Conectar cosas a Internet para hacer la vida más sencilla a las personas no solo está en manos de grandes multinacionales como AT&T, Cisco, Bosch, ARM o Dell. Guillermo Escobar, ingeniero de telecomunicaciones, se dio cuenta de ello hace cuatro años, cuando fundó con dos socios Datakorum, una modesta sociedad que vende tecnología a corporaciones locales para, por ejemplo, reducir el ruido en una calle o facilitar el aparcamiento en una playa. Con un capital inicial de 200.000 euros y una inversión de dos millones conseguida en rondas privadas de financiación, esta empresa es la versión low cost de la inteligencia artificial aplicada al día a día.

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En Datakorum ofrecen soluciones de bajo coste a los ayuntamientos. Escobar pone como ejemplo un consistorio que quiera aplicar la inteligencia artificial al turismo. “Mediante un dispositivo colocado en el aparcamiento de la playa, los visitantes pueden conocer cuándo está completo y cuál es el mejor medio de transporte para ir a la playa”. La compañía también instaló un dispositivo en una plaza muy concurrida por la noche en San Cugat del Vallès (Barcelona). Cuando los gritos se elevaban, el mecanismo bajaba la luz de las farolas para que la gente bajase el tono.

“La conectividad permite ahorrar costes. Puedes conocer si hay algún problema en los suministros, como el agua o la energía, antes de que el cliente sufra las consecuencias del fallo”, explica Escobar. Su empresa diseña los aparatos y el software que los gestiona. “Con el tiempo, aspiramos a crear entornos inteligentes”, explica Escobar. También han trabajado con grandes empresas, como Telefónica, o compañías de infraestructuras. “En alumbrado y movilidad es donde más proyectos nos están demandando los clientes”.

Los comienzos de la compañía están teniendo altibajos. Ahora alcanzan los 25 empleados y dentro de poco abrirán una filial en Alemania con cuatro trabajadores. Según datos del Registro Mercantil, en 2017 facturaron 130.799 euros y tuvieron un beneficio de apenas 3.790 euros, una caída sustancial con respecto a 2016, cuando alcanzaron una facturación de 403.856 euros y un beneficio de 59.083. “El año pasado decidimos renovar la empresa. Dejamos de lado algunos proyectos para centrarnos en mejorar nuestra propia tecnología”, explica Escobar.

La mayor parte de la producción de Datakorum es de factura española. “Pedimos nuestros dispositivos a productores locales si se trata de lotes pequeños. Si la producción es muy grande los encargamos en Asia”. Todo el diseño y el desarrollo tecnológico se realiza en España. “Hay clientes que nos han elegido por ser europeos, ya que se fían más de las leyes de protección de datos del viejo continente que de Estados Unidos o Israel”, explica Escobar.

Han participado en la última edición del South Summit y fueron una de las 100 start-ups finalistas de la competición que organiza el evento para premiar a la firma más disruptiva del encuentro. Las finalistas fueron elegidas entre los más de 3.000 proyectos presentados, procedentes de 84 países. En mayo de 2017 obtuvieron otro premio de la Generalitat Valenciana.

Fuente: El País