Desde 50 euros cualquiera puede comprar un porcentaje de una vivienda en España, Italia o Portugal para después alquilarla o venderla junto con otros pequeños inversores. Lo puede hacer a través del crowdfunding inmobiliario que se ha consolido en España en poco menos de tres años. Y porque una de las plataformas con más peso en el sector, la startup española Housers, ha dado el salto a Italia (desde junio, 3.000 inversores italianos se han integrado) y acaba de aterrizar en Portugal, donde prevé captar 11.000 usuarios en un año y una inversión de 3,5 millones de euros para la financiación de cerca de 15 inmuebles en Lisboa y Oporto.

Con estas maniobras se ha convertido en la primera plataforma paneuropea de financiación participativa del sector inmobiliario que permite invertir en varios países. Es también la primera en Europa en estar presente físicamente en varios países. «Ofrece a los inversores la oportunidad de invertir en varios países, lo que facilita enormemente la diversificación y la obtención de una cartera mucho más equilibrada. De esta forma ya no es solo que se pueda diversificar por el tipo de proyecto, la tipología del inmueble o la ciudad sino que también se añade el país como variable. Nuestros inversores italianos son un claro ejemplo de ello y más del 60% están invirtiendo en España y Portugal», señala Tono Brusola, uno de los dos socios fundadores y consejero delegado de Housers.

Además, ha sido la primera en lograr la autorización de la Comisión del Mercado de Valores (CNMV), que la reconoció en mayo como Plataforma de Financiación Participativa (PFP), según la ley 5/2015 de fomento de financiación empresarial, tanto en la modalidad de equity como en la modalidad de préstamos.

Esta compañía española ha hecho una carrera de fondo. Fue creada por dos emprendedores, Álvaro Luna y Tono Brusola, en julio de 2015. En su primer año de actividad (2016) facturó 700.000 euros, cifra que prevé incrementar hasta 2,9 millones en 2017 y a 9,2 millones en 2018. Hoy, cuenta con casi 70.000 usuarios o pequeños inversores de distintas partes de Europa, sobre todo de España, Portugal, Italia, Alemania, Suiza y América Latina. Y calcula que este año podrá superar los 45 millones financiados en proyectos inmobiliarios.

A través de su plataforma online, se han financiado de forma colectiva más de 200 inmuebles en España (principalmente en Madrid, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca, Málaga) y en Italia (Milán). Y ha devuelto más de 2,8 millones de euros en concepto de dividendos, intereses y devoluciones de capital entre más de 10.000 inversores.

La inversión mínima son 50 euros. «Nuestra media por inversor se sitúa en torno a los 1.200 euros dividido en varios proyectos. Casi un 60% de nuestros inversores han invertido en tres oportunidades diferentes o más», señala Brusola.

El sector del crowdfunding inmobiliario ha corrido mucho. El 2015 fue decisivo para el despegue en Europa, donde el volumen alcanzó los 27 millones de euros. También en España las primeras plataformas de financiación participativa empiezan a activarse en 2015 y en ese ejercicio representaron un volumen de 2,9 millones de euros, con lo que España se situaba entre los tres primeros países europeos en crowdfunding inmobiliario, tras Francia con 13 millones y Alemania con 8 millones (excluyendo a Reino Unido), según el último informe sobre financiación alternativa entre 2013 y 2015 Sustaining Momentum de la Universidad de Cambridge.

Pero los ahorradores españoles no tienen porque limitarse a comprar en Europa. Prodigy Network, la plataforma especializada en crowdfunding inmobiliario en Estados Unidos, busca inversores españoles para su propuesta de crowdfunding en Nueva York. La compañía acaba de presentar su propuesta de negocio, en la que se puede invertir desde los 10.000 dólares. A través de este modelo, la firma ha logrado recaudar más de 500 millones de dólares, conectando a miles de inversores de 34 países. The Assemblage / Park Avenue South, al norte de Madison Square Park, es su proyecto más reciente y está ofreciendo a inversores de la etapa de desarrollo retornos anuales entre el 12% y el 16%.

Fuente: El País