Sigue en valores negativos desde hace tres años, pero sube. Paulatinamente, aunque sin descanso. Por décimo mes consecutivo, el euríbor no abandona la senda alcista que emprendió el pasado abril, cuando pasó del mínimo histórico de -0,191 (un porcentaje que había registrado tanto en febrero y marzo de 2018, como en diciembre de 2017) a -0,190. Desde entonces ha ido escalando niveles, hasta cerrar enero en -0,116. Los expertos coinciden en que este índice de referencia para los préstamos hipotecarios no volverá a valores positivos hasta el próximo año o, al menos, finales de 2019. Divergen, no obstante, en cuanto a los cambios que podrían ocurrir sobre la oferta hipotecaria. ¿Se encarecerán los créditos inmobiliarios? Y, en caso afirmativo, ¿cuál será la magnitud de este aumento?

Al representar el tipo medio de interés al que los bancos europeos se prestan dinero entre ellos, el valor del euríbor se fija cada día laborable, pero lo que se toma como referencia para establecer el tipo variable de la hipoteca es su media mensual, que recoge el BOE unos días después del cierre. El hipotecado debe devolver el capital prestado por la entidad financiera en el plazo negociado a través de cuotas mensuales en las que se aplica un interés. Si este es variable (como en el 60,7% de las hipotecas que se firmaron en noviembre, según los últimos datos disponibles del INE), se compondrá de dos partes de las que realmente solo una puede cambiar: el euríbor. A él, las entidades financieras suman un porcentaje que no varía, llamado diferencial. De esta forma, si una hipoteca tiene un interés que se corresponde al euríbor más un punto porcentual de diferencial, su tipo será ahora: -0,116 + 1 = 0,88%.

Pocos euros más en la cuota a pagar

No necesariamente el aumento que se registra en el euríbor este mes tendrá consecuencias en una hipoteca. Para que eso ocurra, deben darse dos condiciones.

¿Cómo afectarán las subidas del euríbor a tu hipoteca este año?

Primero: que el préstamo sea a tipo variable, ya que, si se ha negociado un tipo fijo, cualquier incremento o descenso del euríbor no lo afectará.

Y segundo: que la revisión, que normalmente es cada 12 meses, toque ahora. Esta variación interanual del euríbor se volvió positiva el pasado mes de septiembre, por primera vez desde mediados de 2014. En aquel entonces se trató de un incremento de apenas 0,002 puntos, lo que se tradujo en pocos céntimos más a pagar en la cuota mensual. Ahora la variación alcanza los 0,073 puntos.

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“Este incremento es tan bajo que se compensará sobradamente con la subida salarial”, asegura la secretaria general de la Asociación Española de Análisis de Valor (AEV), Paloma Arnaiz. Bien es verdad que “cualquier alza de tipos dificulta la compra de una vivienda”, admite Arnaiz, pero, “si las condiciones laborales y salariales mejorasen a un ritmo similar al del propio euríbor, su incremento no representaría un desincentivo grave”. En la misma línea, el director general de la intermediaria Tu Solución Hipotecaria, Ricardo Gulias, calcula que “un euríbor al 0% para un préstamo medio de 100.000 euros a 25 años provocaría una subida de 9 euros al mes, lo que no es significativo y no acarrea problemas a la hora de pagar la cuota”.

2019, un año sin cambios importantes

Los expertos no auguran una inflexión relevante del índice este año. “El euríbor va a acabar 2019 en niveles muy similares a los que tenemos ahora”, vaticina Rafael Alonso, analista de Bankinter. Y ello, por una razón sencilla: la política monetaria del BCE –de la que depende la evolución de los tipos de interés– “va a seguir siendo laxa al menos durante este año”, agrega. Arnaiz también augura tasas positivas solo para “bien entrado 2020”, ya que la economía de la eurozona “comienza a mostrar ciertos signos de fatiga”, por lo que el BCE retrasará un año más la subida de los tipos de interés.

“El motor de Europa, Alemania, arroja previsiones nada positivas; Italia está estancada; Francia tiene cuestiones sociales abiertas que impiden afrontar un crecimiento positivo; España padece problemas políticos internos y la incertidumbre de unas elecciones en primavera; por no hablar del Brexit, que nadie sabe aún cómo va acabar”, resume, en el mismo sentido, Gulias.

La nueva Ley de crédito inmobiliario

¿Todo ello quiere decir que las hipotecas no se van a encarecer, por lo menos este año? La respuesta, en opinión de los expertos consultados, no está tanto en el euríbor, sino en la parte fija del tipo variable: el diferencial. Tras la decisión del Gobierno de que sea el banco quien pague el impuesto de Actos Jurídicos Documentados y las sentencias que establecen que parte de los gastos de constitución también corresponden a la entidad, la banca “tiene que ajustar sus márgenes”, afirma Gulias. De esta forma, los bancos ya no perciben “los diferenciales tan bajos que hemos visto recientemente como la solución para captar clientes”, remata. Estos solo seguirán en niveles ínfimos si se suscribirán los productos vinculados que incrementan su rentabilidad para la entidad. “De ahí también que la banca promocione los tipos fijos, ya que esta modalidad asegura los beneficios para los accionistas y minimiza el riesgo”, en sus palabras.

Arnaiz arremete contra la nueva Ley de crédito inmobiliario, cuya aprobación en el Senado se espera para marzo, y le achaca el próximo “endurecimiento de los requisitos de acceso al crédito, sobre todo para los más jóvenes o desfavorecidos, por dificultar la rentabilidad y reducir la seguridad en la recuperación de los importes prestados”.

Una incógnita

A una subida del índice, más hipotecas fijas

Con el euríbor en tasas negativas y con el objetivo de garantizarse ciertos márgenes de rentabilidad, las entidades apostaron por tipos fijos atractivos, dirigidos a los clientes con un perfil más conservador, que buscan estabilidad antes de todo. De esta forma, las hipotecas a tipo fijo crecieron de las 3.357 que se registraron en enero de 2016, a las 14.348 de enero de 2018, según el INE.

“Con el euríbor cercano al cero, sería más sencillo contratar un préstamo con un tipo variable”, constata el director de hipotecas del comparador bancario iAhorro, Manuel Gonzalvez. “Pero, ahora que este índice crece, aunque solo sea en fracciones de décimas, reaparecen los fantasmas del pasado y algunos usuarios vuelven a decantarse por la hipoteca fija”, señala. En opinión de Gonzalvez, la evolución del euríbor en los próximos meses seguirá afectando a la proporción de hipotecas a tipo fijo que se firmen.

Cuando se apruebe definitivamente esta normativa, “las entidades financieras estarán obligadas a pagar los gastos derivados de la hipoteca, salvo la tasación, y podrían trasladarlos a sus clientes, aunque esto es aún una incógnita ya que algunas están optando por no encarecer los préstamos como arma comercial”, matiza la directora de estudios del portal inmobiliario Fotocasa. “El mercado hipotecario español es muy competitivo y la rivalidad entre las entidades podría suavizar ese posible encarecimiento”, constata.

Quien descarta por completo este escenario es Alonso. “El diferencial mide el riesgo que el sector percibe sobre un segmento de negocio concreto, en este caso, el hipotecario”, argumenta este analista de Bankinter. “El mercado laboral sigue mejorando, los precios de las viviendas se incrementan de manera reiterada, y el ratio entre el capital prestado y el valor de la casa está en niveles muy sensatos. No hay síntomas de deterioro, por lo que no veo razones para subir los diferenciales de forma significativa”, concluye. Para Alonso, este año estará marcado por un euríbor y unos diferenciales fundamentalmente estables, unos tipos que solo en la última parte irán subiendo “ligerísimamente”, y un mayor movimiento en las hipotecas a tipos fijos, “por las buenas ofertas a largo plazo que existen en este segmento”.

Fuente: El País