La huida de empresas de Cataluña ha sido una constante a lo largo del mes de octubre. La inseguridad jurídica generada por la tensión independentista ha llevado a las cotizadas a trasladar su sedes fuera de la región. Oryzon Genomics fue la encargada de dar el pistoletazo de salida a los cambios de domicilio social después de la celebración del referéndum. A ella le han seguido otras 11 firmas, que ante el cariz que estaban tomando los acontecimientos decidieron no esperar y actuar. Es decir, empresas con una capitalización total de 84.712 millones de euros han mudado su domicilio en los últimos 30 días.

Los traslados se han visto favorecidos, además, por el real decreto del 6 de octubre aprobado por el Ejecutivo. La nueva norma, que fue realizada ad hoc para CaixaBank, suprime la autorización de la junta de accionistas para proceder al cambio de domicilio, lo cual ha ayudado a acelerar el cambio. No obstante, todavía es posible encontrar hasta 11 cotizadas con un valor en Bolsa de 22.997 millones que mantienen su sede en Cataluña. Esta cifra equivale al 2,8% del volumen que capitaliza la Bolsa española (824.000 millones).

Una de las más relevantes es Grifols (15.950 millones de valor bursátil), compañía que genera cerca del 70% de sus ingresos en América del Norte. El presidente de la multinacional de hemoderivados, Víctor Grifols, respaldó en 2014 el pulso independentista lanzado por Artur Mas. “Tire adelante. No se arrugue”, fueron algunas de sus declaraciones más conocidas. A lo largo del mes de octubre, los directivos de la compañía se han mantenido en un segundo plano. Preguntados sobre la posibilidad de seguir los pasos de cotizadas como Sabadell o CaixaBank, desde la empresa aseguran que “actualmente no hay ninguna previsión para cambiar de ubicación ninguna de las sedes corporativas”. No obstante, añaden que “en el hipotético supuesto de que la actual situación derivase en un nuevo escenario que pudiese afectar el curso normal de los negocios o de la situación financiera de la compañía, el consejo acordaría las medidas necesarias”. Grifols se anota un 11,35% desde el 6 de septiembre, cuando el Parlament dio luz verde a la ley de referéndum. No obstante, los mayores ascensos se han producido en las últimas sesiones (8,7%) coincidiendo con el renovado optimismo mostrado por la Bolsa española ante la toma de control de la autonomía por parte del Gobierno central de Mariano Rajoy.

Otros laboratorios como Almirall o Reig Jofre, con sede en Barcelona, siguen la misma línea. Almirall se remite a las declaraciones realizadas a comienzos de mes y señalan que todavía no se ha tomado una decisión al respecto. Todo dependerá que cómo evolucione el procés, pero de momento parece que se ha superado el peor de los escenarios. La compañía está inmersa en la resolución de los problemas desatados tras el anuncio de un profit warning en julio intenta recomponerse. No obstante, su evolución en los últimos dos meses ha sido bastante plana.

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Por su parte, Reig Jofre, señala que no está planeando de momento una mudanza. “Tenemos una gran distribución geográfica entre nuestra plantilla, repartidas a partes iguales entre nuestras plantas de desarrollo y producción de Barcelona y Toledo. No hemos parado, ni alterado el programa de inversiones y mantenemos la normalidad de funcionamiento con nuestros clientes y proveedores”, apuntan. No obstante, harán lo que sea necesario para proteger los intereses de sus accionistas, clientes, proveedores y empleados.Esta afirmación es compartida por Ercros y Renta Corporación. La empresas química ha aprovechado el rally de la Bolsa de las últimas sesiones y desde los mínimos registrados el 4 de octubre, la cotizada repunta en un 24%. En el caso de la inmobiliaria los ascensos de las tres últimas sesiones alcanzan el 12,6%.

Las razones alegadas para el cambio de sede han sido muy variadas. Desde la incertidumbre legal a un eventual riesgo de crisis económica pasando por el miedo a perder el paraguas del euro –adquiere especial relevancia en el caso de la banca muy dependiente de la liquidez del BCE–, el peligro de quedarse sin financiación, el riesgo de aranceles, una hipotética pérdida de negocio y mercado, las exigencias de estabilidad de los inversores o la perspectiva de una pugna entre dos agencias tributarias distintas.

Otras compañías como Borges restan importancia a la ubicación de la sede. La empresa de alimentación resalta el carácter global de su negocio con presencia en 15 países y comercialización de sus productos en medio centenar. Por su parte, el director general de Fluidra, Xavier Tintoré, explicó recientemente que la compañía ha hecho un “análisis profundo” del escenario que vive Cataluña y cree que, en este momento “no tiene ningún sentido” para una empresa como la suya trasladar la sede, porque opera en un “marco legal muy claro, que es el marco español, y no hay ningún problema”. La lista la cierran Miquel y Costas, FCC,que no quiso realizar comentarios al respecto, Audax y Ecolumber.

Fuente: El País