
La Comisión Europea (CE) anunció este martes que ha abierto una investigación preliminar contra el gigante estadounidense de la venta en internet Amazon por presuntas prácticas contrarias a la competencia. Las indagaciones preliminares por el departamento que dirige la comisaria Margrethe Vestager comenzaron el pasado septiembre. Ahora Bruselas lo que hace es abrir oficialmente la investigación, una vez ha concluido que los indicios son sólidos.
Bruselas sospecha que la firma de Seattle, que funciona como vendedor en línea pero también ofrece su plataforma como escaparate y mercado para comerciantes independientes, recopila y utiliza «información confidencial competitiva» de estos.
En su comunicado, Competencia explica que los acuerdos que Amazon tiene con los vendedores que utilizan su plataforma para comerciar «le permiten utilizar «los datos de terceros». En particular, la comisión se focalizará en si el uso de estos datos por parte de la firma dirigida por Jeff Bezos como vendedor minorista «afecta a la competencia».
Concretamente, en el comunicado estudiará cómo funciona el servicio Buy Box y cómo selecciona a los vendedores que participan en él. Buy Box es una herramienta que muestra de forma preferente a los productos de un comerciante sobre otro, por tanto «ganar el Buy Box, explica la comisión, parece clave para los vendedores independientes».
«El comercio electrónico ha impulsado la competencia en el comercio minorista y ha ampliado las oportunidades de elección y reducido los precios. Debemos asegurarnos de que las grandes plataformas en línea no eliminen estos beneficios al participar en un comportamiento anticompetitivo», declaró en un comunicado la comisaria europea de Competencia, Margrethe Vestager.
Amazon ya se las ha visto en otras ocasiones con la Comisión Europea. En 2017 tuvo que pagar 250 millones por impuestos no pagados en Luxemburgo. Bruselas consideró entonces que las ventajas fiscales que le concedió el Gran Ducado eran ilegales. También hubo un choque en 2015, cuando la Comisión investigó si el gigante de Seattle tenía una posición de monopolio en el sector del libro electrónico. Aquello se resolvió de forma amistosa y sin sanción porque Amazon aceptó cambios en los contratos que firmaba con las editoriales.
Fuente: El País