El presidente electo de Brasil, Jair Bolsonaro, ha afirmado este lunes que una parte de la petrolera estatal Petrobras -una de las petroleras más grandes del mundo- puede ser privatizada durante su mandato, que comenzará el 1 de enero de 2019. El próximo jefe de Estado suramericano, sin embargo, ha dicho que Petrobras «es una empresa estratégica» y que, por lo tanto, no contempla la total privatización. 

En Brasil la duda ya está presente. Bolsonaro ha anunciado este lunes que el economista liberal Roberto Castello Branco será el próximo presidente de la petrolera. Del núcleo duro de Paulo Guedes, próximo ministro de Hacienda brasileño, Castello Branco había pedido en junio que Petrobras, al igual que otras compañías estatales, sea privatizada. 

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Castello Branco, al igual que Guedes, realizó estudios en la Universidad de Chicago. Después de doctorarse en economía en la Universidad de la Fundación Getúlio Vargas (FGV), donde actualmente es director del Centro de Estudios en Crecimiento y Desarrollo Económico de la FGV, Castello Branco hizo estudios de posdoctorado a fines de los años setenta en la cuna del pensamiento neoliberal.

«Básicamente, el departamento económico de la Universidad de Chicago tomará las riendas de la economía brasileña», ha señalado James Gulbrandsen, jefe de inversiones del área de inversiones en América Latina de la gestora de fondos de capital NCH.

Diferencias al interior del Gobierno

La designación de Castello Branco como presidente de Petrobras ha sido interpretado como un triunfo de Guedes sobre el ala militar que formará parte del Gobierno de Bolsonaro. La postura mayoritaria de las Fuerzas Armadas es impedir la privatización de la compañía estatal.

Fuente: Cinco Días