El fantasma de la desaceleración económica se aleja. Por lo menos así lo confirman las estimaciones de crecimiento del BBVA Research presentadas este miércoles. El servicio de estudios del banco mantiene en el 1,6% la previsión de crecimiento de España para 2020 —1,9% para 2019—, pero estima una leve aceleración para el año que viene, con un avance del PIB del 1,9%. En su informe Situación España, la entidad señala que la mejora del entorno internacional —aunque no exento de incertidumbre— y de la economía de la eurozona gracias a la rebaja de las tensiones comerciales se trasladará a la economía doméstica, cuyo avance se verá impulsado por el buen desempeño previsto del consumo privado, la inversión y las exportaciones.

MÁS INFORMACIÓN

Si estas previsiones se cumplieran, el think tank de la entidad estima que se podrían llegar a crear 600.000 empleos entre este año y el que viene, con una reducción de la tasa de paro hasta el 12,5% en 2021. Este desempeño positivo dependerá sin embargo «de las políticas que se desempeñen en los próximos meses» implementadas por el recién formado Gobierno de coalición entre PSOE y Unidas Podemos. 

«A la espera de que el nuevo Gobierno pueda introducir cambios en ámbitos tan importantes como el mercado laboral o las pensiones y antes de avanzar en una reversión de las reformas implementadas en años anteriores, sería convierte revisar las distintas evaluaciones que se han hecho sobre los efectos que han tenido las medidas introducidas y mantener aquellos aspectos que han sido valorados positivamente», reza el documento.

Rafael Doménech, responsable de Análisis Económico, ha explicado este miércoles que todavía existen numerosos focos de incertidumbre que pueden tener impacto en la futura evolución de la economía española, tanto internos como externos. Entre ellos, el economista ha mencionado la guerra comercial y el Brexit, aunque ha matizado que en ambos casos los riesgos se han ido diluyendo, y la desaceleración que están viviendo algunos sectores productivos domésticos como la industria automovilística, la vivienda —debido sobre todo a la incertidumbre regulatoria— y el turismo, que se ha visto afectado por la recuperación de otros destinos mediterráneos y por el peor desempeño de los principales países emisores de turistas. También las tensiones en Cataluña siguen representando un elemento de incertidumbre, así como la falta de políticas enfocadas a producir una mejora sustancial de los indicadores fiscales. 

SMI y ajuste fiscal

El informe hace hincapié en la necesidad de evaluar con prudencia y detenimiento las futuras políticas en ámbito laboral y de pensiones que el nuevo Gobierno de coalición tiene encima de la mesa. Según el servicio de estudios del BBVA, la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) del 22% que se decretó el año pasado, hasta los 900 euros, ha restado 45.000 empleos netos que se han dejado de crear. Por ello, Doménech ha alertado que la futura alza del SMI que plantea el Ejecutivo se haga de manera gradual, se evalúe bien y «se haga dentro del acuerdo social».

El informe del BBVA Research también señala los escasos esfuerzos llevados a cabo par garantizar los objetivos presupuestarios. Según los cálculos del think tank, el déficit «se habría situado en torno al 2,4% del PIB a finales de 2019» —prácticamente la misma marca que en 2018, cuando cerró en el 2,5%, una previsión algo peor que la de hace tres de meses, que supone un incumplimiento tanto de los objetivos fijados en la senda fiscal pactada con la UE (1,3%) como de los del mismo Gobierno (2%).

Este resultado se debe a que 2019 ha sido el «quinto año consecutivo con una política procíclica», señala el documento, que subraya que «durante el año pasado la reducción del déficit habría sido prácticamente nula en un entorno de crecimiento holgado y bajos tipos de interés». Por ello, considera que los riesgos relacionados con el cumplimiento de las metas presupuestarias continúan siendo «relevantes» y sugiere que la consolidación fiscal continúe, «incidiendo en mejorar la eficiencia del gasto y del sistema impositivo».

Fuente: El País