El escándalo dieselgate que estalló en septiembre de 2015 en Estados Unidos, sigue pasando factura al gigante alemán Volkswagen. Este martes, el grupo anunció, a través de un breve y lacónico comunicado que Audi, de alta gama de la empresa, ha aceptado pagar una multa de 800 millones de euros por haber violado disposiciones legales en la emisión de gases tóxicos con motores diésel de seis y ocho cilindros.
«La multa impuesta a Audi por un importe de 800 millones de euros castiga la desviación de los requisitos reglamentarios para determinados motores diesel V6 / V8 y vehículos diésel fabricados o vendidos por Audi», señala el comunicado fechado en Wolfsburg. «Audi acepta la multa tras un análisis exhaustivo y no interpondrá un recurso. Audi reconoce así su responsabilidad en el incumplimiento de sus obligaciones de supervisión».
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El caso de los motores diésel trucados salió a la luz en septiembre de 2015, cuando la Agencia para la Protección del Medio Ambiente (EPA) estadounidense denunció a Volkswagen. La EPA acusó a la marca de haber instalado en 11 millones de sus vehículos diésel —600.000 de ellos vendidos en Estados Unidos— un programa informático capaz de manipular los resultados de las pruebas de contaminación y esconder las emisiones reales, hasta 40 veces superiores a las permitidas.
La multa impuesta por la fiscalía de Múnich tendrá un impacto directo en los beneficios de Audi y también del grupo, al igual que lo ocurrido en junio pasado cuando la fiscalía de Braunschweig obligó a la marca Volkswagen a pagar una multa de 1.000 millones de euros. «Dado que Audi AG está incluida en los estados financieros consolidados de Volkswagen AG, la multa tendrá un impacto directo en los beneficios de Volkswagen AG y, como factor especial negativo adicional, reducirá en consecuencia el resultado del grupo para el ejercicio 2018», precisa el comunicado.
Hasta ahora, el dieselgate ha costado al grupo más de 27.000 millones de euros en llamadas a revisión de vehículos y proceso judiciales. Esta cantidad incluye una multa de 1.000 millones impuesta en junio por la fiscalía de Brunswick y que ya fue contabilizada en el resultado del segundo trimestre.
Frentes judiciales abiertos
El pago de la multimillonaria multa cierra un nuevo capítulo sobre el dieselgate de Volkswagen, pero la justicia alemana sigue investigando para determinar quién fue el (o los) responsables de ordenar la instalación del software en los motores diésel que trucaban las emisiones de gases tóxicos y que ha obligado a pagar a Volkswagen unos 27.000 millones de euros en Estados Unidos y Alemania.
Entre los ejecutivos que están siendo investigados se encuentran Martin Winterkorn y Matthias Mueller, el actual jefe de Volkswagen, Herbert Diess, el presidente del consejo de administración, Hans Dieter Poetsch y el ex jefe de AUdi, Rupert Stadler, quien sigue encarcelado en relación con el procesamiento legal sobre la manipulación de la emisión de gases tóxicos.
Según la fiscalía de Múnich, Audi fue multado por haber descuidado sus obligaciones de supervisión en la venta de automóviles con motores que no cumplían con los limites legales de emisiones de óxido de nitrógeno. Según un comunicado de la fiscalía, el pago de la multa no anula la investigación abierta contra ejecutivos del grupo Volkswagen, en especial contra el exconsejero delegado de Audi, Rupert Stadler.
Stadler fue acusado a comienzos del mes de junio por la fiscalía de Munich de haber cometido el delito de fraude al no revelar que varios miles de de vehiculos habían llegado al mercado armados con un software ilegal. El 18 de junio agentes de la policía detuvieron a Stadtler, quien se encuentra desde ese día en la cárcel.
Fuente: El País