Casi 16 años después de que el BOE lo declarara “de interés general del Estado”, el Aeropuerto Internacional Región de Murcia es una realidad. Aena lo gestionará durante los próximos 25 años y pagará un canon por pasajero a la comunidad autónoma. El vecino aeropuerto de San Javier cerrará este lunes para pasajeros, pero la nueva instalación tendrá que competir con la de Alicante, a 100 kilómetros de distancia.

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La historia del nuevo aeropuerto es accidentada. Las obras de construcción se iniciaron en julio de 2008 y se paralizaron en 2010. El Gobierno regional avaló entonces un crédito de 182,6 millones a la antigua concesionaria, Aeromur (liderada por Sacyr), para acabarlas, con un coste total estimado de 256 millones. La infraestructura se terminó en enero de 2012, pero no llegó a abrir. En diciembre de 2013, el Gobierno murciano se vio obligado a asumir el crédito avalado. Esto, según los cálculos de la oposición, cuesta 20.000 euros diarios a las arcas públicas.

 Al principio Aena no mostró ningún interés por el proyecto, pero ahora ha aceptado ser su gestora durante 25 años tras quedarse sola en el concurso. Es la primera vez que la operadora estatal se hace cargo en España de un aeropuerto que no es de su propiedad y en el que deberá invertir unos 100 millones en mejoras durante la concesión. No obstante, Aena gestiona en el mundo otros 15 aeropuertos bajo un régimen similar, por lo que “conoce bien” ese modelo, según explica al teléfono su director general de Negocio Regulado, Javier Marín.

500 empleos directos

Según previsiones de Aena y el Ejecutivo autonómico, la apertura del nuevo aeropuerto generará 500 empleos directos en su primer año y 20.000 a lo largo de toda la concesión. También aportará unos 500 millones de euros al PIB regional, además de un aumento de turistas que se estima en 800.000 durante los próximos cuatro años.

La empresa pública de gestión aeroportuaria promete tarifas “competitivas” y óptimas condiciones de seguridad y calidad para las aerolíneas. No obstante, subraya que las compañías “no se decantan por un aeropuerto, sino por un destino”, que tiene que ser atractivo para los turistas y estar bien promocionado por la Administración.

El aeropuerto situado en Corvera, una pedanía de la capital regional, está apenas a unos 100 kilómetros de distancia de uno de los aeródromos estrella de Aena, el de Alicante-Elche. Este es el quinto del país por pasajeros: unos 13,7 millones en 2017, el último ejercicio para el que hay estadísticas completas. Ese año creció un 11% con respecto a 2016.

Para Marín, “hay tráfico aéreo suficiente” para ambas instalaciones en la zona del Mediterráneo, por lo que Aena no los contempla desde el punto de vista de una competencia, sino de complementariedad. La empresa pública confía en las posibilidades de “crecimiento y rentabilidad” del nuevo aeropuerto. Y, a pesar de las importantes inversiones llevadas a cabo para ampliar y mejorar San Javier (unos 70 millones entre 2001 y 2015), la oferta que lanzó la compañía para optar a la concesión pasa por aumentar en un 15% el canon mínimo que exigía el Gobierno murciano por pasajero y año. Así, pagará 0,84 euros por persona cuando se supere el millón de pajeros, lo que está previsto este mismo 2019, igualando las cifras de San Javier, que cerró 2017 con 1,2 millones de viajeros.

Marín estima que al final de la concesión llegarán a pasar por Corvera cuatro millones de personas al año, el doble que alcanzó San Javier en sus mejores años. Todos los vuelos de este serán trasladados al nuevo aeropuerto: los low-cost de Ryanair, Easyjet, Tui y Jet2 a Bélgica, Irlanda, Reino Unido y Holanda. Para el verano, dos aerolíneas han anunciado su intención de operar en este nuevo destino: la española Volotea, en una conexión con Asturias, y la noruega Norwegian, que enlazará con su país de origen.

Fuente: El País