Apple cerró las cuentas de los tres primeros meses del año con un beneficio de 13.820 millones de dólares. Es un incremento del 25% cuando se compara con el mismo periodo de 2017. Los ingresos lo hicieron un 15%, hasta los 61.140 millones, gracias en gran parte al impulso de los servicios. Tratando de reconfortar a los inversores por las dudas que genera iPhone, anunció un nuevo plan de recompra por el que va a devolver 100.000 millones adicionales a los accionistas.

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Los resultados coinciden con al segundo trimestre del nuevo iPhone X en el mercado. Wall Street esperaba la publicación de las cuentas sin mucha fanfarria, en buena medida porque no anticipaban un gran impulso del teléfono del décimo aniversario. La compañía no desglosa las ventas de su producto más importante por modelos, que ascendieron a un total de 52,2 millones de unidades. Es un 3% más que hace un año.

La vara de medir estaba baja. Se esperaba que la llegada del iPhone X hubiera acelerado el ciclo de actualización de los teléfonos antiguos. Pero el temor de los analistas era que los usuarios hubieran optado por sustituir sus viejos modelos con el iPhone 8 y el iPhone 8 Plus. Pese a ello logró generar 38.040 millones en ingresos, lo que representa una mejora del 14% respecto al mismo periodo de 2017.

El último superciclo de renovación del teléfono se produjo en 2015, cuando introdujo el iPhone 6. Respecto a los otros dispositivos, las ventas de la tableta iPad subieron un 2%, a 9,1 millones de unidades. Los ordenadores Mac cayeron un 3%, a 4,1 millones de unidas. La división de servicios le generó 9.190 millones en ingresos, un 31% cuando se compara con lo que facturaba hace un año.

Los servicios como Apple Pay y Music se espera representen el 60% del crecimiento de los ingresos futuros de la compañía. Apple busca así no tener que depender tanto del iPhone. La demanda por nuevos teléfonos móviles está siendo más baja de lo esperado y eso obliga a los fabricantes a reducir los inventarios, lo puede provocar que tengan que reducir los precios y eso, por tanto, afectará a los ingresos.

Apple se vio así afectada por el sentimiento negativo que domina en Wall Street sobre el rendimiento de las tecnológicas. Aunque conserva una capitalización bursátil próxima a los 824.000 millones, perdió más de un 5% de su valor en los últimos tres meses y arrastra una caída del 4% en el año. Si lo que se toma como referencia es el último máximo en su cotización, está en corrección tras caer más de un 10%. Subía más de un 4% tras presentar resultados.

Premio a los accionistas

Coincidiendo con la publicación de los resultados, anunció un incremento en el programa de retorno de capital a los accionistas por un valor adicional de 100.00 millones y eleva en paralelo un 16% el dividendo. Se suman a los 210.000 millones ya autorizados. Es el primer paso que da Apple para empezar a repatriar a Estados Unidos buena parte de la masa de efectivo que tiene aparcado en el exterior, a raíz de la reforma fiscal. Ese dinero irá, por tanto, directo al bolsillo de los inversores.

El plan de repatriación se anunció en enero pasado pero hasta ahora no indicó que iba a hacer con todo ese efectivo. El director financiero de Apple, Luca Maestri, sí dijo que el objetivo es lograr una posición de capital neutral lo que implica que tiene la intención de gastar todo el efectivo que tiene a mano. Parte de esa liquidez se usará para pagar futuras adquisiciones y financiar inversiones.

Apple es también de las compañías que más tiene que perder en una eventual guerra comercial entre EE UU y China. Tim Cook se reunió la semana pasada con el presidente Donald Trump en la Casa Blanca, aprovechando la invitación a la cena de Estado ofrecida a Emmanuel Macron. China es un país clave para la tecnológica. Es donde fabrica sus dispositivos y donde registra una quinta parte de las ventas.

El arancel de Trump le pone en medio de un fuego cruzado. Una escalada en el litigio puede afectar a su cadena de suministro, lo que puede elevar los costes producción, y provocar una reacción negativa entre los consumidores. Hace un mes Cook, en un evento en Pekín, hizo un llamamiento a la calma y dijo que “los países abiertos lo excepcionalmente mejor” que los que abrazan el proteccionismo.

Fuente: El País