Llegó a España en 2003, aunque reconoce que ha sido en los últimos años cuando ha empezado a “dar guerra”, como el mismo señala. El fundador de Firenze Progetti (FiPro), Paolo Setti (Rubiera, Italia, 1960) defiende que está habiendo un cambio de paradigma en el diseño de interiores por el que los proyectos tienen más relevancia que la mera decoración de los espacios. El directivo es doctor en arquitectura por la Universidad de Florencia y la compañía que dirige lleva más de 20 años ejecutando proyectos del sector retail, de marcas como Ermenegildo Zegna, Prada, Bottega Veneta, Salvatore Ferragamo o Geox.

¿Cómo está cambiando el concepto de tienda que demandan estas marcas?

En general, la imagen de estas marcas que se da en las tiendas sale desde la propia compañía, está muy supervisada por los propios diseñadores. Sin embargo, en los últimos años he querido salir un poco a la guerra directa del diseño porque creo que estamos viviendo un momento clave. Ya no se trata de seguir modas o de copiar lo que hacen los demás, sino que muchas marcas están apostando por proyectos diferentes para cada tienda que no dependen solo de la política de la firma, sino también del entorno. Se trata de huir del decorativismo que ha habido en los últimos años y sacar un gran proyecto adelante. Estamos viviendo un cambio de paradigma en el que los productos se exponen casi como en un museo, ya no importa el precio de un objeto, sino que sea único.

¿Por qué ahora?

Durante muchos años, el interiorismo del sector retail ha consistido en repetir una misma idea que se diseñaba desde las oficinas centrales de la compañía. La principal necesidad era ampliar el mercado y se consideraba que la imagen de la marca iba por encima de todo. También se daba mucha importancia a la necesidad de exponer el producto, pero cada vez será menos frecuente entrar en tiendas que tengan todas las tallas de todos los productos allí, sino que funcionarán casi como museos y luego mandarán a casa los productos elegidos. Esa es la confluencia que se está viendo entre el mundo online y la tienda física. Ahora los establecimientos tienen que pelearse con otras plataformas por la atención.

En estos 20 años, ¿ha tenido que adaptarse a las diferentes tendencias o ha seguido un estilo más personal?

Sí, la verdad es que las tendencias han mandado mucho, pero afortunadamente ya no tanto. Ahora, los proyectos van a ser cada vez más originales, nuevos y únicos. Este cambio se está produciendo porque hay una necesidad cada vez mayor de diversificarse, de tener vivencias diferentes. Se dice que la tienda tiene que ser más experiencial y todo eso es lo que nos conduce a ello. En el ámbito del diseño, la tendencia es producir piezas cada vez más originales y personalizables.

¿Cómo ha influido la tecnología?

Todo este cambio que está habiendo con la venta online y el sistema de Amazon nos va a devolver la calidad del hecho a mano, de la artesanía, de la pieza única… Amazon es solo un sistema de venta, el producto no es suyo, ellos se limitan a ser los vendedores. Ha simplificado mucho nuestro sistema porque te lo envía a casa, encuentra cualquier cosa que necesites….Así se abre un nicho a marcas que hacen productos más específicos y que hasta ahora se enfrentaban al problema de cómo vender sus artículos. Con una plataforma como Amazon, que vende en todo el mundo, se puede vender cualquier cosa de manera mucho más sencilla.

¿Aceptan los consumidores comprar productos de lujo por internet?

Primero, la compañía que vende el producto debe dar una garantía de calidad. En el caso de mis muebles, por ejemplo, yo necesito que la gente los vea en persona para que se enamore de ellos, pero internet es una amplificación de las posibilidades que tengo para dar a conocer mi producto que si no no tendría, ya que no puedo abrir tantas tiendas físicas. Luego tendré que buscar yo maneras, como ir a ferias, para que los clientes también puedan verlos en persona, aunque luego los compren por internet. Por eso la experiencia en la física es cada vez más importante y el lujo será más lujo.

¿Pondría la estética por delante de la funcionalidad?

Diría que sí, como dice el eslogan de nuestra colección ERA: muebles bellos y algo útiles. Los enseres deben ser estéticos y ayudar a vivir, pero no solo en lo que es la funcionalidad del objeto en sí mismo, sino también por lo que representa su valor estético, en su diseño, en su presencia, en cómo es su armonía con el ámbito en el que yo quiero vivir. Esta es la misión de ERA, por un lado, hacer muebles bellos, y por otro, que sean personalizables para que se puedan adaptar a lo que a cada cliente le gustaría tener.

Fuente: El País