El grupo europeo Airbus ha anunciado que dejará de fabricar su avión gigante A380 en 2021 después de que el principal cliente de este aparato, Emirates, haya decidido modificar una parte de sus encargos para sustituirlos por los modelos A330-900 y A350-900, que le parecen más eficientes. Ante la falta de demanda de este aparato, el gigante europeo ha decidido dejar de fabricarlo, lo que afectará a entre 3.000 y 3.500 trabajadores en España, Alemania, Reino Unido y Francia, según han informado fuentes de la empresa, sin cuantificar por el momento cuántos en cada país.

En un hecho relevante enviado a la CNMV, Airbus señala que en las próximas semanas iniciará conversaciones con los agentes sociales «en relación a los entre 3.000 y 3.500 puestos de trabajo que podrían verse potencialmente afectados durante los próximos tres años». No obstante, señala que el aumento de la producción del A320, más pequeño, así como un nuevo pedido de Emirates compensarán el abandono del A380 y «ofrecerán un número importante de oportunidades de movilidad interna».

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Airbus tiene un importante hub de producción en los alrededores de Madrid. Son varios centros de trabajo en Barajas; en Getafe, donde, entre otras actividades, se trabaja en el A380; y en Illescas (Toledo). Según la web de la compañía, en este eje trabajan 6.900 personas.

Emirates, que de acuerdo con los pedidos vigentes hasta ahora debía haber recibido en total 162 aviones A380, finalmente sólo se quedará con 123 y, a cambio, ha suscrito un nuevo contrato con Airbus por 40 unidades del A330-900 y 30 del A350-900.

En un comunicado, el consejero delegado de Airbus, Tom Enders, explicó que «como resultado de esa decisión, no disponemos de una cartera de pedidos del A380 sustancial y, por tanto, no hay una base que sustente la producción del A380, a pesar de todos los esfuerzos de venta que hemos realizado con otras aerolíneas en los últimos años».

«Esto nos lleva a la finalización de las entregas del A380 en 2021», concluyó el consejero delegado del grupo europeo, que consiguió incrementar el pasado año su beneficio en un 29 % hasta 3.054 millones de euros, pese al lastre financiero que un ejercicio más le supuso el programa del avión de transporte militar A400M.

Esas novedades del programa A380, un aparato con capacidad para más de 500 pasajeros que Airbus lanzó con vistas a los problemas de saturación de los aeropuertos de las grandes metrópolis mundiales, tienen un impacto negativo de 463 millones de euros en el resultado neto operativo (Ebit) de 2018 de la empresa, aunque al mismo tiempo supondrán 177 millones de euros en la línea de otros resultados financieros.

Airbus, en cualquier caso, consiguió una rentabilidad récord el pasado año gracias a un volumen de entregas sin parangón en su historia (en especial 800 aviones comerciales) y su consejo propondrá a la junta el reparto de un dividendo récord de 1,65 euros por acción, un 10 % más.

Eso pese a la enésima provisión que tuvo que encajar en sus cuentas por el A400M que se ensambla en Sevilla, en esta ocasión por 436 millones de euros.

Ese cargo adicional, resultado de una actualización de la estimación del contrato con los países que lanzaron el A400M, refleja sobre todo el resultado de las negociaciones con estos países, así como nuevos cálculos sobre las posibilidades de exportarlo, la subida de precios y el aumento de algunos costes, indicó Airbus este jueves en un comunicado.

El gigante europeo de aeronáutica y defensa reconoció que incluso encajando ese nuevo impacto negativo en sus cuentas, «siguen existiendo riesgos».

Riesgos sobre «el desarrollo de las capacidades técnicas y en los costes asociados, en la consecución de suficientes pedidos de exportación a tiempo, así como en cuanto a la fiabilidad operativa de los aviones -especialmente sobre los motores- y en la reducción de costes con arreglo a la línea de base revisada».

Fuente: El País