Airbnb nació en 2008 como una plataforma para compartir casas y diez años después se ha convertido en el líder mundial de los pisos para turistas. La compañía estadounidense cerró el pasado ejercicio con más de seis millones de anuncios en su plataforma. Pero le ha salido competencia. La también estadounidense agencia de viajes online Booking, tradicionalmente enfocada en habitaciones de hotel (tiene una cuota de mercado del 70% de las reservas hoteleras en Europa), entró de lleno en 2018 en el segmento de los alojamientos y ya ha conseguido una masa crítica de 5,7 millones de anuncios. Apenas una distancia de 300.000 casas entre unos y otros.

El número de casas alojadas en Booking en todo el mundo creció un 20% el pasado ejercicio, según las cifras de la propia compañía, y los ingresos generados alcanzaron los 2.490 millones de euros, lo que supuso un 20% del total de la cifra de negocio. Desde la agencia online se muestran convencidos de que podrán superar a Airbnb en el corto plazo, gracias a la fidelidad de su base de clientes, ya que consideran que al menos el 40% de los que contrataban tradicionalmente una habitación de hotel optaron u optarán por lo que denominan un alojamiento alternativo (casas o apartamentos).

El 30% de los anuncios de Airbnb ya procede de Latinoamérica, Asia y África

Un crecimiento exponencial que ha llevado a Airbnb a romper uno de sus tabúes, apostar por el negocio hotelero y salirse de su tradicional ámbito de la economía colaborativa. “Gran parte de construir una plataforma de viajes completa es tener capacidad para acomodar a todos los huéspedes, tanto si planean su viaje con un año o con un día de antelación», aseguró el consejero delegado de Airbnb, Brian Chesky, cuando se anunció la adquisición de Hotels Tonight, una plataforma de reservas hoteleras de último minuto. Esta compra es solo parte del plan de diversificación geográfica y sectorial. La principal prioridad es crecer fuera de la UE y EE UU. Si Latinoamérica, Asia, Pacífico, Oriente Próximo y África suponían el 15% de los anuncios en 2014, ese peso se duplicó hasta el 30% al cierre de 2018. De hecho, la firma asegura que sus tres principales mercados (Nueva York, Londres o París) solo suponen el 3% de sus anuncios cuando era el 10% en 2013.

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Otros dos hitos de la compañía han sido la creación de la división de experiencias para que los anfitriones ofrezcan a sus huéspedes, además de alojamiento, otro tipo de servicios complementarios, como comidas, viajes o excursiones singulares siempre organizadas por el anfitrión. En paralelo, Airbnb también ha optado por ligar su actividad a la de los grandes eventos y pone como ejemplo la celebración de la última edición de la Superbowl, en la que 16.000 personas se alojaron en pisos de Airbnb en Atlanta. En ese mismo acontecimiento, 1.200 anfitriones alojaron por primera vez a huéspedes en sus casas. 

Booking no es la única competencia que le ha salido a Airbnb a la hora de gestionar pisos turísticos. Las grandes cadenas hoteleras también han apostado por entrar en este segmento. La pionera fue la francesa Accor, que compró varias compañías de alquiler de apartamentos turísticos en 2016 para integrarlas en su estructura. La segunda fue la estadounidense Marriott (la mayor del mundo con 5.952 hoteles y 1,16 millones de habitaciones) que en mayo puso en marcha un proyecto piloto en Londres de alquiler de casas compartidas. Cinco meses después, la cadena anunció que ampliará esa iniciativa a otras tres ciudades europeas (París, Roma y Lisboa), con lo que contará con una cartera de 340 inmuebles. Con anterioridad ya trabajaba en este segmento IHG, matriz de Intercontinental, aunque en un modelo de apartahotel denominado Extended Stay bajo dos marcas (Candlewood y Staybridges Suites). El objetivo era disponer de apartamentos de larga estancia para cubrir la necesidad de viajeros de negocios sin perder los atributos ligados a la marca IHG.

Airbnb ha comprado 12 empresas competidoras desde su fundación

Con la compra de HotelsTonight, hecha pública la pasada semana, Airbnb habrá comprado doce empresas competidoras en su corta existencia. La germana Accoleo, dedicada al mismo negocio, fue la primera adquisición de Airbnb en 2012 y a partir de ahí no paró. Entre 2012 y 2016 compró otras ocho compañías y esa primera lista se cerró en España, con la adquisición en el verano de 2016 de la startup Trip4Real. Fuentes empresariales cifraron el coste de la operación en torno a los cinco millones de euros y el modus operandi fue el mismo que en los nueve casos anteriores: empresas que despuntan y que pueden restarle cuota de mercado en enclaves estratégicos o que pueden abrirles nuevas vías de negocio

Fuente: El País