El movimiento de los chalecos amarillos (gilets jaunes, en francés) saca músculo. 124.000 personas se han movilizado por toda Francia para protestar contra la subida de los impuestos de los carburantes. Una de ellas ha fallecido tras ser atropellada accidentalmente. Hay 47 otras personas heridas, tres de ellas graves.

El colectivo de los chalecos amarillos se ha organizado de forma espontánea por todo el país en unas pocas semanas, sobre todo a través de grupos de Facebook. Su caballo de batalla es la queja contra la propuesta del presidente Emmanuel Macron de subir los gravámenes que se aplican sobre la gasolina y el gasoil.

Hoy han tomado las carreteras y las calles de buena parte del país. De acuerdo con el Ministro del Interior, Christophe Castaner, ha habido 2.000 puntos diferentes en los que los manifestantes han bloqueado acceso a almacenes de combustible, a aeropuertos, así como peajes de autopistas y calles emblemáticas, como los Camos Elíseos, en París. También han logrado cortar alguna autopista, así como el túnel que discurre bajo el Mont Blanc.

Corte de una autopista en Rennes, al sur de Francia.ampliar foto Corte de una autopista en Rennes, al sur de Francia.

En la frontera entre Francia y España, en la localidad de Hendaya, 150 chalecos amarillos han cortado la autopista A-63, provocando una larga cola de coches y camiones. En varias autopistas, los manifestantes directamente han parado sus coches y motos en mitad de la calzada, para impedir el paso.

En una las barreras dispuestas para cortar una carretera, en el departamento de Saboya (al sureste del país) una conductora ha entrado en pánico al ver su coche rodeado por manifestantes cuando llevaba a su hija al médico. Al intentar escapar, ha golpeado y matado a una mujer de 50 años que participaba en la protesta. Otras 43 personas han sufrido heridas en otras partes del país. Además, la Policía ha detenido a 17 manifestantes.

Corte de una salida de una autopista en Valenciennes, al norte de Francia Corte de una salida de una autopista en Valenciennes, al norte de Francia

Aunque el movimiento de los chalecos amarillos no tiene una adscripción política definida, varios analistas ven algunos paralelismos con otros movimientos populistas, con un marcado origen rural, y que ven a Macron (que fue banquero antes que político) como parte de una élite desconectada del pueblo.

En los Campos Elíseos, los manifestantes cruzaban la gran avenida, interrumpiendo el tráfico, al grito de «Cruzamos la calle, para buscar trabajo», en protesta por unas declaraciones del presidente Macron en las que aseguró a un joven desempleado que le interpeló: «si yo cruzo la calle, te encuentro un trabajo».


Subida especial para el gasoil

El Gobierno decretó un alza de los impuestos a los carburantes de 7,6 céntimos por litro para el diésel y de 3,9 céntimos para la gasolina. A partir de enero se aplicarán además tasas suplementarias de 6 y 3 céntimos, respectivamente.

En Francia, buena parte de la población vive en zonas rurales o en zonas de la periferia de las ciudades, debido a la querencia por vivir en casas independientes. Esto provoca una importante dependencia del coche para desplazarse. En las zonas rurales, el 93% de los hogares tiene un coche, frente al 59% de París. En estas zonas el uso del diesel es mayoritario.

La subida de los precios sobre el gasóleo y la gasolina afectan especialmente a personas que viven en el ámbito rural y personas con bajo poder adquisitivo. Hay muchos hogares sin recursos que destinan más del 15% de su presupuesto a pagar la gasolina, de acuerdo con datos divulgados por Le Monde.

Fuente: Cinco Días